ONE SHOTS; STYLAN.

32; california.

es el cumpleaños 26 de Harry y siempre me la pasó escuchando canciones que me recuerdan a él, y el álbum NFR de lana lo hace de principio a fin así que seguramente les traeré shots inspirados en todo el album, ojalá les guste. love u all.

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"Desearía estar haciéndolo mejor"

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"Hoy fue un día muy productivo, creo que los impresionaste" dijo sentado sobre su regazo con esa bonita sonrisa, que sin poder evitarlo le hacía sonreír de igual manera apenas perceptible algunas veces.

"¿Tú crees?" Pregunto en tono bajo, apretando un poco más la cintura que tenía entre sus brazos.

Unos ojos azules lo miraron con obviedad haciéndole bajar la cabeza, negando con un poco de diversión. "Siempre. Y no soy el único, todos lo creen." Afirmó antes de tomarlo del rostro y hacer que sus frentes se juntaran para luego darle un beso que hizo que se olvidara un momento de los pensamientos que le atormentaban. Con renuencia acepto que se alejara del beso y trato de sonreírle.

"Solo falta que tú te lo creas." Sentencio aquel para luego verlo levantarse de su regazo y comenzar a danzar en el pequeño lugar mientras recogía los platos del desayuno.

Mientras le veía, Harry siempre sentía que podía creerse ser lo que todos decían de él. Solo necesitaba sentarse un momento con una mano recargada en su barbilla observando cada pequeño detalle del rubio, para poder
verse siendo completamente feliz con lo que hacía, sin sentir ese vacio en su corazón que solo se eclipsaba cuando Niall le sonreía y sostenía su mano.

Sabia que no estaba bien, lo tenía siempre en mente cuando por las mañanas se quedaba sentado en su taller viendo a la nada, queriendo romper todo a su alrededor porque no le encontraba sentido a seguir haciendo todo eso. No era feliz, ese no era su lugar y quería irse muy lejos porque sabía que estaba hiriendo a otros, pero también era lo suficientemente egoísta como para dejar a la única persona que hacía que su corazón latiera a un ritmo que no le doliera.

Siempre sonreía viéndolo con ese aspecto desaliñado, pantalones sueltos y una camisa desabrochada dejando a la vista sus clavículas. La pequeña ventana de aquel departamento viejo daba paso libre al sol que marcaba la silueta de Niall a cada movimiento que hacía. Le platicaba de como podían ir a esos viejos lugares mientras se ponía de puntas para alcanzar la alacena de madera y poner las copas que hayan usado o simplemente para tomar su licor favorito y dárselo.

Solo en momentos así la vida parecía más fácil, pero no era suficiente y él lo sabía cada vez que lo escribía en las cartas que mandaba a Europa, él creía que podría hacerlo mejor para Niall sin embargo California no era su lugar y cada vez que cerraba los ojos y no le veía solo quería escapar.

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Niall podía verlo en sus ojos mientras estaba sentado en su regazo en plena mañana.

"No tienes que ser más fuerte de lo que ya eres." Le decía en tono suave, queriendo convencerlo tal vez. "Al menos mientras estés en mis brazos."

Harry siempre le sonreía de lado y Niall sentía su corazón latir con fuerza al ver la oscuridad desaparecer de sus ojos un momento pero que en un parpadeo   volvía y el verde se hacía un mar profundo de melancolía.

Tomándolo de la mano le besaba el dorso, aguantando ese mar de emociones que era aquella mirada y queriendo profundamente que viera que podrían salir de esto. Le besaba suavemente y mantenía esa mano fría contra sus labios todo lo que podía, el metal de los anillos se clavaba en su piel algunas veces más fuerte que otras.

No funcionaba y Niall tenía que levantarse de ahí y actuar como si no notara nada, como sino hubiera leído aquella carta donde Harry le decía a su amigo que quería hacerlo mejor, que no estaba del todo bien. Sonreía y le acercaba las viejas Rolling Stone que tenían por todos lados. Se daba media vuelta y le decía que podrían irse a perder a algún barrio de Hollywood. El rizado solo asentía, pasando las hojas de la revista con desinterés disimulado.

Siempre supo que a Harry el calor le irritaba, que le gustaba correr en sus autos clásicos veloces y que era un hombre de Londres pero que había venido a California porque su deseo para ser escultor lo empujo a eso.

Y creía con todas sus fuerzas que iba a lograr hacer que se quedará. California podría no ser su hogar pero lo sería porque estaban juntos, lo llegó a pensar en la comodidad de la oscuridad y su viejo colchón cuando Harry llegaba tarde del taller y solo se tiraba a su lado, acurrucandose sobre su pecho para que lo envolviera en sus brazos apesar de él ser más pequeño. Le escuchaba aspirar en su cuello antes de que su respiración se volviera acompasada y pareciera dormir. Pero también escuchaba cuando lloraba o despertaba a mitad de la noche agitado. Culpaba plenamente al calor, decía que le hacía sentir abrumado y que nunca fue un hombre que le agradará el clima húmedo.

Niall sabia que mentía. Pues vio esas fotos de él en Italia con los lagos detrás y disfrutando del Sol. Su piel desde que lo conoció era tostada al punto de saber que era alguien que al menos le gustaba broncearse. Pero nunca dijo nada.

Harry siempre fue más brillante que las estrellas pero también era alguien que no tenía miedo de ganar o perder, así que huyó, dejando ahí ese licor y las viejas Vogue en la mesa.

Niall aveces puede verlo sentado en esa silla, con la barbilla recargada en su mano y de las sonrisas más grandes que lograba captar en él mientras le observaba limpiar ese pequeño departamento. Siempre tratando de convencerse que California no era tan malo si estaban juntos, pero veía que a él así como no le gustaba el calor...Si amaba el blues antiguo y la tristeza.

Y ahora mientras tenía entre sus manos la carta donde Harry le pedía disculpas por haberse ido, lo tenía claro y no iba a lamentarse. Sabiendo que si en algún momento volviera a América, esperaría que le llamara e ir por él y armar la última fiesta que le prometió, bailarian durante toda la noche mientras besaria sus labios sabor a alcohol y cigarro.