38; soulmate (2)

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segunda parte de to die for. ojalá les guste.
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Harry había despertado desde hace más de dos horas dándose cuenta que era demasiado temprano siquiera para levantarse y comenzar a prepararse para ir al trabajo por lo que se quedó viendo el techo blanco de su habitación. No se movía y solo estaba ahí, con la mente y su pecho con un vacío que ya se estaba acostumbrando a tener.

Su alarma entonces sonó tiempo después y monotonamente estiró el brazo para apagarla. Sabia que no podía estar más tiempo ahí así que se levanto y empezó con su rutina. Y no es que fuera raro, Harry siempre fue un hombre con un itinerario, toda su vida estaba controlada por horarios porque así le gustaba, sin embargo desde hace unas semanas parecía más un robot, sin interesarle las demás cosas mas que el trabajo y tomar religiosamente un montón de vitaminas, esto solo para poder rendir en sus largas horas en el hospital.

Y es que todo empezó desde que Niall había dejado su puesto como pasante. Fue un golpe bajo que lo tomo completamente desprevenido. Internamente sabia que luego de lo que pasó en su oficina y como lo había tratado era obvio que el omega no iba a buscarlo, pero le reconfortaba que iba a estar cerca, al menos en el mismo lugar. Sin embargo que haya decidido irse le hizo dar cuenta que no era tan sencillo ignorar el lazo. Lo acepto muy tarde cuando no pudo encontrar el expediente de Niall para saber dónde vivía porque estos eran confidenciales y de todas formas, ya habían sacado sus papeles porque necesitaban el espacio para el nuevo estudiante.

Los primeros días intento disimular los sentimientos que la desaparición de Niall en su vida le causó. Se dijo que era para bien, pero al paso del tiempo cuando sin saber cómo y porque se encontraba en el baño o en sus noches solitarias llorando y sintiendo como si le arrancarán parte de su alma. Cachito por cachito, cada día se iba desprendiendo. Era una agonía que algunas veces se tranquilizaba y otras solo era tan fuerte que apenas y podía salir de su cama. Tenia que tomar cantidades exageradas de medicamento y algunas veces de morfina.

No estaba nada bien pero trataba de aparentar que si. Al menos ante sus colegas y más que nada ante Hisselle quien también seguía estando distante.

Fue entonces que mientras se ponía un abrigo, su corazón dolió al punto de hacerlo jadear y doblegarse enfrente del espejo, así observando su mueca de dolor. Trato de respirar con tranquilidad para levantarse poco a poco. Se sostuvo de la pared más cercana y fue por las vitaminas.

Tomo cuatro, sabiendo perfectamente que una dosis saludable eran solo dos.  Pero tenía que hacerlo si quería ser un poco eficiente durante el día.

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Harry al poco tiempo de llegar al hospital se dio cuenta que no iba a poder estar ahí todo su turno. No podía siquiera concentrarse porque sentía otra vez ese molestar en su ser, como si lo cortaran en trozos y luego lo arrojaran. Era jodidamente extraño pero se dio cuenta que tal vez para dormir ese día tendría que tomar morfina. Otra vez.

Sintiéndose decepcionado de si mismo cuando aparcó afuera de su casa a medio día, decidió que lo mejor era simplemente noquearse con el medicamente y dormir.

Entrando entonces a la casa le costó darse cuenta que no era el único ahí. A pesar de que su cabeza seguía retumbando mientras se dirigía a su habitación escuchó movimientos en esta. Extrañado llego y vio a Hisselle hurgando en su armario.

— ¿Qué haces? — pregunto y la omega pego un brinco del susto. Pudo ver la sorpresa en su rostro pero rápidamente la cambió a una indiferente.

— Uhm. Necesito usar una de tus prendas porque voy a salir com Brenda. Solo es protección. — Dijo en tono monótono mostrandole el suéter que tenía entre las manos. Harry entonces sintió el peso de haber dejado de lado a su hija. Ni siquiera había impregnado su olor en ella para que ningún maldito alfa hormonal le hiciera daño.

ONE SHOTS; STYLAN.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora