Capítulo Siete: Strike Tres, Estás Fuera

4.5K 388 65
                                    

—Naomi, ¿me estás escuchando?

Pestañeé y miré a Declan. Sacudí mi cabeza.

—No, lo siento, Declan, no te estaba escuchando.

Me miró y después miró a la oficina.

—¿Pasa algo? ¿Qué está pasando en esa oficina? ¿Qué le pasará a esos idiotas?

—N-no lo sé —dije—. Solo puedo adivinar. Una vez un niño masticó chicle justo delante de la Directora Barnes y ella lo expulsó por un mes.

—¿En serio? ¿Un mes?

—Seh —dije tristemente—, un mes.

Declan frunció el ceño y se apoyó en la pared. Suspiró y se rascó el cuello, para después devolverme la mirada.

—Hey, Naomi, ¿por qué pareces triste?

Sacudí mi cabeza, mirando al suelo.

—Estoy preocupada, ¿tú no?

Él resopló.

—¿Por qué debería estarlo?

Le miré fijamente.

—Lo que han hecho hará que los suspendan, o peor, que los expulsen.

Levantó una ceja y rió.

—Ohh, estoy tan asustado, no vendrán al instituto por un mes. ¿Crees que realmente les importa? En serio, estar sin colegio por una semana es como un regalo por ser idiotas. Venga, Naomi, incluso yo sé que eres más lista que eso.

—Pero... —Mi voz flaqueó.

Pero Raymond tenía razón. Strike uno y strike dos. El día apenas había empezado y dos de los tres ya habían sido arrastrados a la oficina. Ahora solo tengo a un guardia para que me defienda. Cuando Declan se vaya, me refiero, si Declan se va, la torre se deja indefensa. Eso sería el strike tres. Entonces Raymond estará justo ahí para consolarme. ¿Notáis el sarcasmo en la frase?

Pero después pensé en lo egoísta que sonaba. Estoy demasiado ocupada temiendo por mí que por mis... venga Naomi, puedes hacerlo... a-a-am... Vuelve a intentarlo... a- a- a- m- m- i... Es solo una palabra... a- am- am- amígdala, no, eso no, amazonas... am-amputación, eso no, de acuerdo, una última vez... am- am- amigos***. Ahí, lo he dicho. Los Tres Mosqueteros son mis... amigos. Few, eso ha sido más duro de lo que parece. Incluso con la seguridad de Declan, seguía preocupada por ellos.

—¿Pero qué? —Hubo una ligera pausa hasta que él cayó—. Tienes miedo.

Por alguna razón me sonrojé.

—Sí, sí lo tengo.

—Ahora que lo sabes no deberías preocuparte por ellos, estás preocupada por ti —dijo dándose cuenta de que todo lo que había dicho era cierto.

—S-sí.

Se quedó en silencio durante un momento. Miré al suelo avergonzada. Seguramente cree que soy una pequeña egoísta de- De repente Declan rompió a carcajadas.

—¿Qué es tan gracioso? —le pregunté.

—¿No crees que pueda protegerte yo solo? —me preguntó, retándome.

—¿Qué? Yo nunca he dicho-

—No necesito a esos dos idiotas para que me ayuden —dijo, cruzándose de brazos como un niño tenaz—. Estoy bien solo.

—No, es solo que-

—Además, tengo a estos bebés. —Declan empezó a flexionar sus músculos como si fuera un culturista. Las chicas que pasaban empezaron a extasiarse, creo que una estaba babeando y el resto me fulminaba. ¿Qué? No es mi culpa que Declan esté presumiendo de sus músculos delante de mí.

TRADUCCIÓN: The Good Girl's Bad Boys: The Good, The Bad and The Bullied.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora