—Me arrepiento de haber hecho esto —murmuró Bennett en voz baja.
—Aw, no digas eso Bennett —canturreó Abby, apoyando su cabeza en el hombro de Bennett.
Bennet se alejó rápidamente, forzando a Abby a sentarse bien mientras fruncía el ceño.
Si no lo has pillado aún, sí, lo hemos hecho. Los cuatro -bueno, tres- marginados del colegio hemos sido invitados a sentarnos en la mesa de los populares. Sí, la mesa de los populares. Tiene muchos nombres, la Tierra de No Retorno, No Populares Olvidados, el País de los Juguetes Perfectos, y, como no, mi favorito: la No Tierra de Naomi. Sí, hicieron ese apodo específicamente para mí. Pero todo cambia ahora.
Nunca habría soñado en sentarme en esta mesa, rodeada por mis bullies a la derecha e izquierda. Si alguna vez me hubieran pillado solo a unos metros de esta mesa, no habría vivido para contarlo. Y lo mismo va para cualquiera con un estatus social más bajo que, bueno, los populares. Todo el mundo que no es popular es inmediatamente considerado no popular. Así que si te pillan mirando siquiera a esta mesa- Adiós, ha sido bonito haberte conocido. Sentarse aquí es el sueño de toda persona no popular, socializar con los chicos guays en vez de sentarte solo en tu propia mesa o con tus amigos no populares.
Tengo que admitirlo, fue raro. Las únicas veces en las que estoy tan cerca de los populares es cuando o me hacen bullying o me amenazan para que les haga los deberes. Supongo que cuando escogen entre músculo, belleza y cerebro, escogen siempre las dos primeras. Estaba en medio de todo el equipo de fútbol americano, las animadoras y otros populares. Estaba agradecida de que los chicos no se atrevieron a alejarse de mi lado- mis dos lados, de hecho- y se sentaron a ambos lados de mí, bueno, Jordan se sentó al lado de Parker que se sentó a mi lado.
Candice susprió.
—Sí, estoy encantada de que estéis aquí. —Abrazó el brazo de Jordan como si fuera su oso de peluche y él parecía debatirse entre si quedarse así o cortarse el brazo. Creo que os podéis imaginar cuál escogió.
—Seh —su voz llena de sarcasmo, manteniendo una expresión aburrida—, yo también.
Candice soltó una risilla.
—¡Tú también! ¡Yei! —Y volvió a abrazarse al pobre brazo de Jordan.
No pude evitar reírme de Jordan. Eso es lo que le pasa por ser sarcástico con los populares. O se lo toman a lo literal o te pegan una paliza por eso. Afortunadamente para él, quiero decir desafortunadamente para él, ella se lo tomó literalmente. Para mí, creo que prefiero que me den una paliza. Pero eso es lo que pasa cuando te ha conseguido un pequeño crush en vez de un pequeño.
—Tienes suerte —dijo Hannah suspirando mientras removía su ensalada—, al menos tu chico está aquí.
A lo que se refiere es que Declan no está. Claramente, la pregunta es, ¿dónde está Declan? Debería estar aquí, sufriendo como los demás chicos. Pero cuando íbamos hacia la cafetería de repente recordó que estaba castigado durante la comida. No sé si es una mentira que se ha inventado cuando se ha dado cuenta que comer con los chicos populares significa que el Trío Aterrador estaría ahí o realmente estaba castigado. Igualmente, nos ha dejado solos.
—No te preocupes —le dijo Jordan—. Le haremos pagar por no estar aquí. Lo prometo.
Hannah sonrió por la declaración. Declan no lo haría.
A nadie de la mesa parecía importarle el hecho de que estuviéramos los tres sentados en su mesa. Cuando llegamos, todos dejaron de hablar y se quedaron clavados mirándonos. Estaba bastante acostumbrada a ese trato, la gente normalmente me miraba como si fuera de otro planeta. Pero cuando nos sentamos, lentamente todo el mundo volvió a sus conversaciones, sin darnos más importancia. Yo al menos había esperado miradas raras y las mandíbulas en el suelo. Pero parecía que estuvieran sorprendentemente..., de acuerdo con eso. Es todo tan raro sin el bullying y el mal trato. Es agradable, pero igualmente raro.
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TRADUCCIÓN: The Good Girl's Bad Boys: The Good, The Bad and The Bullied.
Humor-Es bastante simple en realidad -me dijo Bennett. -Tú serás nuestra chica buena -dijo Declan. Jordan sonrió. -Y nosotros seremos tus chicos malos. Estuve en silencio por un momento. Los miré, a contrato y otra vez a ellos. Después, calmadamente pus...