—¿Creéis que las podemos perder si giramos aquí? —nos preguntó Bennett.
—¡Bennett! —le regañé.
—Es broma —me aseguró Bennett, después murmurando para sí mismo—... es lo que diría si no hablara en serio.
—¿Qué has dicho, Bennett? —le pregunté.
—Nada, Naomi —me respondió.
Mis ojos revisaron el retrovisor de mi lado del coche ya que me había pedido delante. El Volkswagen Beetle rosa nos seguía siguiendo mientras íbamos a la cafetería de la que hablaba. Sabía que Bennett realmente había intentado perderlas un par de veces, tomando curvas cerradas o súbitos giros en U. Pero el coche siempre seguía ahí, sin querer perdernos. He pasado por la cafetería un par de veces mientras daba un paseo. Abrió hacía unos cuantos meses, creo que en verano. He visto el cártel del menú diario colgado en las ventanas. Parecía un buen sitio para comer, pero nunca había tenido la oportunidad de entrar. Sonreí por lo ingenioso que había sido decirles sobre ir a comer ahí.
Realmente no puedo esperar a llegar ahí. Apuesto a que lo pasaremos bien. Los siete hablaremos, conociéndonos, a lo mejor incluso estamos juntos en el colegio. Las chicas se harían mis amigas. Saldríamos, iríamos de compras al centro comercial, hablaríamos por teléfono, haríamos pijamadas. Y los chicos también serían sus amigos. No puedo esperar a-
¿Pero de qué estoy hablando? ¿He olvidado que estas son las mismas tres que me hacen bullying en el instituto? Los insultos, los apodos, las bromas empezaron a flotar en mi mente. Las malas memorias de las palabras, de las risas, de los empujones. Mis cejas se fruncieron por ello. Sé que eran mis bullies y que no debería confiar en ellas, no debería aceptar esto, no debería estar tan feliz de ir a comer con ellas, acordándome de los momentos donde "accidentalmente" chocaban conmigo, tirándome la comida encima. Pero esa es la debilidad de los niños impopulares, su propósito, su sueño es volverse popular. En verdad, pasa con todo el mundo, impopular o popular. Los impopulares quieren tener la oportunidad de ser conocidos, para tener amigos y harán lo que sea para conseguirla. Lo mismo va por los populares, claro que ya lo son. Pero, o querrán seguir siendo populares o volverse aún más popular, y harán lo que sea para conseguir esa oportunidad. Es gracioso todo lo que los niños impopulares y populares tienen en común.
Así que lo mismo va por mí. Sé que no debería juntarme con esta gente. Sé que ni siquiera debería ser vista con ellas. Pero no puedo dejar escapar la oportunidad. La oportunidad de ser popular, la oportunidad de no ser acosada, o solo la oportunidad de ser normal. Quiero esa oportunidad, cualquiera en mi posición la querría. Si tus enemigos populares te dieran la oportunidad de ser popular, ¿la cogerías? Si no, yo lo haría por ti.
—Aún no puedo creer que estamos yendo a un café cuando estábamos a centímetros de la zona de restaurantes —gimió Jordan.
—Ya, esas chicas están mal de la cabeza —coincidió Declan, lo cual fue la primera vez.
—No están mal de la cabeza —le dije—. Tienen sus razones. Deberán haber ido muchas veces al centro comercial, no les debe apetecer volver a comer eso.
—Bueno, yo quería comer un poco de eso —dijo Jordan—. Por lo que tú hablabas sobre la comida ya estaba listo para comer como si no hubiera mañana.
—Yo también quería comer eso —admití—. He oído que hay esto llamado pizza rellena y- —me corté y sacudí la cabeza— -Pero a lo mejor es bueno probar algo nuevo. Vosotros vivís prácticamente de pizzas, es mejor probar algo diferente.
—Solo espero que tu cafetería tenga comida digna de Jordan —dijo Jordan, dándose golpecitos en el estómago.
—Está justo ahí —le dije a Bennett, señalando la pequeña cafetería justo al lado de la carretera.
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TRADUCCIÓN: The Good Girl's Bad Boys: The Good, The Bad and The Bullied.
Comédie-Es bastante simple en realidad -me dijo Bennett. -Tú serás nuestra chica buena -dijo Declan. Jordan sonrió. -Y nosotros seremos tus chicos malos. Estuve en silencio por un momento. Los miré, a contrato y otra vez a ellos. Después, calmadamente pus...