A este punto me estaba empezando a desesperar.
—¿Entonces será eso? —me pregunté a mí misma con voz de presentadora de televisión—. ¿Atuendo número uno? ¿Atuendo número dos? ¿O atuendo número tres?
Salté justo al sitio opuesto al que estaba mirando. Me rasqué la barbilla y golpeteé con mi pie, haciendo como que estaba reflexionando conmigo misma.
—No sé. Todos parecen una buena opción. No puedo escoger.
Ya lo podíais ver. Título: Chica que se habla a sí misma será enviada a un psiquiátrico. Pero hasta que esté sentenciada a ir a un sitio como ese, tengo que escoger un atuendo. Cada atuendo es diferente a su manera, con combinaciones diferentes. Tejanos con un top mono, shorts con otro top mono, y falda con un top más mono. Había una cuarta opción de un vestido, pero pensé mejor para escoger eso. Tengo un top mono. Así que a lo mejor la falda o el atuendo número dos está fuera.
Me senté en mi cama y observé a la ropa. Los chicos de mi instituto siempre se han burlado de mí por eso, por mi estilo. No es como si tuviera un mal gusto para la ropa. Reconozco buenos diseños cuando los veo, qué está bien y qué no. Conozco cuáles son las buenas combinaciones para un atuendo, y los accesorios que encajarían. Pero incluso si ellos lo supieran, no importaría. Siempre encontrarían maneras de insultarme, incluso si no fueran verdad. Lo gorda que estoy aunque no lo esté, lo fea que soy aunque no lo sea, desde mi punto de vista digo, lo lista que soy- Oh, espera, da igual, eso no me importa. Así que solo llevo atuendos simples, sobre todo vaqueros y una camiseta, algo que no me importe si se ensucia cuando me caiga al suelo o cuando accidentalmente me caiga comida encima. Así que es un más o menos un ciclo. Me hacen bullying, llevo ropa simple, y me hacen bullying por eso.
Pero a lo mejor esta es una oportunidad para demostrárselo. Para demostrar que se equivocan y que realmente tengo estilo. Sus caras cuando vean que tengo un mejor atuendo que ellos. Sonreí con suficiencia, oh, cuando llegue el momento... Lancé mis atuendos al suelo y cogí algo del armario. Chicas, ¿sabéis de ese atuendo que pensáis que es perfecto y que o siempre lo llevas, o lo guardas para una ocasión especial? Bueno, pues tengo uno perfecto.
Oí un claxon desde fuera de casa.
—¡Naomi! ¡Hay un coche que te espera afuera! —me gritó mamá desde el piso de abajo.
Mis ojos se agrandaron, son los chicos. Me congelé, no tendría que estar tan entusiasmada. O a lo mejor sí. Cumplieron la promesa y me vinieron a recoger. Por el trato que recibo en el instituto, estaba esperando a que se deshicieran de mí. Pero sea como sea están aquí, esperándome.
—¡Voy!
Corrí para salir de mi habitación y bajé por las escaleras como un rayo.
—Oh Naomi, ¡me encanta lo que llevas! —exclamó mamá.
Sonreí.
—¿En serio?
Me miré a mí misma. Sería una noche fría así que decidí ponerme unos jeggings por encima de los tobillos, que son vaqueros y leggings. Y lo junté con un top blanco de encaje que me llegaba a los codos. Debajo llevaba una camiseta de tirantes con un estampado que destacaba con el simple color de mi top.
—Sí, ahora ve a divertirte. Ven antes de las diez, pero si vienes más tarde también está bien. Solo avísanos.
—De acuerdo. Y haced algo mientras estoy fuera —dije antes de añadir—. Pero no algo que me traumatice de por vida. Solo una cena o algo.
Mis padres compartieron una mirada traviesa y después devolvieron su mirada a mí.
—Vale cariño, ¡adiós!
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TRADUCCIÓN: The Good Girl's Bad Boys: The Good, The Bad and The Bullied.
Humor-Es bastante simple en realidad -me dijo Bennett. -Tú serás nuestra chica buena -dijo Declan. Jordan sonrió. -Y nosotros seremos tus chicos malos. Estuve en silencio por un momento. Los miré, a contrato y otra vez a ellos. Después, calmadamente pus...