—¿Soy yo o algo se siente diferente? —nos preguntó Jordan.
—No, eres solo tú —le respondió Declan sin rodeos.
Negué con la cabeza.
—No, Jordan tiene razón-
—Vaya, es la primera vez —dijo Declan con un bufido.
—Sí, lo es- Espera, ¡hey!
—Chicos, parad —les dijo Bennett—. Creo que algo realmente se siente diferente.
—Wow, Jordie, estás en racha —se burló Declan.
Jordan se estremeció al nombre.
—Tío, no me llames así.
—¿Por qué? —le presionó Dclan con una sonrisa ladina—. ¿Es un apodo que solo tu Candy te puede llamar?
—Primero de todo, es Candice. Creo que realmente ha arruinado los caramelos para mí —le dijo Jordan—. Segundo, no es mi Candice. Esa chica es... ***
—¿Rara? —ofreció Declan.
—¿Espeluznante? —ofreció Bennett.
—Una tarada —decidió Jordan oficialmente—. Esa chica está loca.
—Sí, loca por ti —dijo Declan riendo.
—Chicos, realmente no os gustan, ¿verdad?
—Ni un poco —me respondió Bennett.
—¿Por qué? —les pregunté, aún sabiendo la respuesta, pero quería ver su punto de vista.
—Bueno, son malas —respondió Jordan.
—Son demasiado populares —siguió Bennett.
—Y son demasiado frutas —dijo Declan, aunque la palabra rima con la que realmente dijo, pero se entiende lo que quería decir.
—Y demasiado... intimidantes —acabaron los tres al unísono, temblando.
No pude evitar soltar una carcajada.
—Sois los chicos más intimidantes del colegio.
—A ver, nuestra intimidación es diferente. Tenemos la reputación, el físico —habló Jordan—. Ellas son sencillamente malas. Son matones, viven del dolor y la inseguridad de la gente. Son esas mismas muñecas de Barbie con ojos grandes la dieta de las cuales consiste en ensalada, agua, aire y la miseria de la gente. Y que creen que son mejores que el resto. No son mi tipo.
—Sí, tienes razón —acepté con poco entusiasmo.
Bennett me miró.
—Naomi, sé que quieres su amiga y eso. Pero, de toda la gente, ¿por qué ellas? Hay otras chicas -probablemente- en este colegio, ¿por qué las más malas y más populares de aquí?
—No es como si quisiera ser su amiga —le contesté, recargándome en mi casillero—. Ya os tengo a vosotros, chicos, y sois más de lo que quiero. Pero también quiero ser su amiga, aunque a la vez no quiero.
—No lo pillo —anunció Declan francamente.
—Yo tampocó —admití tristemente—. Claro que son malas, claro que me hacen bullying siempre, tanto que tienen un horario; deberían de haberme acosado hace diez minutos. Pero, aparte de eso, son populares.
—Sí, son populares. ¿Y qué? —preguntó Jordan.
—¡Eso es! —exclamé, dándole un puñetazo al casillero que sorprendió a los chicos—. Ellas son populares y yo no. Sé que debería ser la última persona en preocuparse por esto. Pero esta es la popularidad de un impopular, su talón de Aquiles; el sueño, la ansia de ser popular. Desde que era pequeña, siendo acosada día tras día, semana tras semana, siempre me he preguntado cómo es eso de ser popular. Es un ensueño que todo el mundo tiene. Y si no podía ser popular, solo quería ser normal. Quería ser tratada como cualquier otro estudiantes, alguien que no es acosado, alguien con amigos, y alguien con- como si esto fuera a pasar- un novio.
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TRADUCCIÓN: The Good Girl's Bad Boys: The Good, The Bad and The Bullied.
Humor-Es bastante simple en realidad -me dijo Bennett. -Tú serás nuestra chica buena -dijo Declan. Jordan sonrió. -Y nosotros seremos tus chicos malos. Estuve en silencio por un momento. Los miré, a contrato y otra vez a ellos. Después, calmadamente pus...