Capitulo 30: Adiós.

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*************************AL FINAL DE ESTE CAPITULO, LES RUEGO QUE LEAN LO QUE SIGUE, ES MUY IMPORTANTE************************

-¿Acaso perdiste la cabeza, Marilyn? ¿Cómo que te vas?- dijo Luke perdiendo esa paz de recién despierto y golpeando la cama.

-Conseguí una beca en una academia de Arte en Londres, hace como 2 meses y no tenía decidido si ir hasta hoy- dije mientras intentaba no mirarlo, buscaba mi buzo por todos lados, solo media hora más y mi familia me vendría a buscar.

Media hora más y todo estaría acabado.

-Pero nosotros- empezó Luke y me gire brusca, para mirarlo a los ojos.

-¿Nosotros?- dije y una risa amarga broto de mis labios- No hay nosotros, nunca lo hubo. Yo era tu juguete, ya que no tenías a Aleisha y tú eras mi viejo amigo.

-Pero dijiste- empezó y se paró de nuevo, pude ver como sus ojos azules se llenaban de lágrimas, lágrimas que debían ser mías.

-Si ya sé lo que dije y no, no es mentira- dije adivinando sus pensamientos y una voz en mi cabeza repetía que sus lagrimas debían ser mías, el no tenia que llorar, él era el dragón- Si, te amo, estoy enamorada de ti desde mucho antes que me miraras de otra forma, todos estos años, donde para ti era nada más que la hija de la mejor amiga de tu mama, tú eras el protagonista de todas mis infantiles fantasías, el protagonista de todos mis cuentos, el príncipe encantador. Pero no lo eres, eres el Dragón, malvado y sin sentimientos, o eso trate de hacerme creer. Un chico bastante irritante pero muy sabio me dijo una vez que no todos los dragones eran malos y que yo no tenía que parar de luchar. No te rindas, Marilyn, me dijo. Pero estoy harta Luke, harta de luchar, harta de esperar, de esperarte. Te amo y sé que voy a hacerlo por mucho tiempo mas, así que necesito irme lejos, donde nadie sepa ni tu nombre ni el mio, donde tú seas solo un recuerdo

Baje los ojos, mirando al piso un segundo y me coloque el buzo, tome la mochila y la maleta y despacio abandone la habitación y empecé a bajar las escaleras, no sin antes dar un vistazo al costado, en dirección a la habitación de Luke, donde había empezado todo. Al bajar, fue como si una película se proyectara sobre la sala, podía ver las fiestas, podía ver a Luke sentado en el sillón el día de San Valentín, podía vernos bailando el rock de Creedence la mañana de la primera fiesta, vernos bailando un vals a solas en la segunda. Y todo eso ya había terminado.

-Marilyn- escuche su voz ronca y estuve a punto de volverme, pero decidí que haría todo más simple y menos doloroso- No te vayas.

-Es un pedido ilógico, ya que estoy a minutos de salir por esta puerta y no volver por quien sabe cuánto tiempo- dije cediendo a mi costado sensible y dándome vuelta. Luke estaba parado, con los brazos abiertos, con solo una remera y sus bóxers.

- Ya sé que es ilógico pero no tengo más remedio que rogarte, no te vayas, te necesito- suplico y tuve la sensación de que iba a ponerse de rodillas en cualquier momento.

- Me necesitas porque sabes que me voy a ir- dije cruzándome de brazos y tratando de sonar lo más fría posible- Yo te necesite por años, me dormí llorando noches y noches rogando que cruces la puerta de mi cuarto y me abrazaras y que me dijeras que era la única. Pero no lo soy y nunca lo fui.

-No entiendo como no me odias, como estas tan tranquila hablándome- dijo ya vencido, bajando los brazos.

- Intente odiarte, te lo juro que lo intente, pero es inútil y ¿sabes por qué?- dije también vencida, el negó con la cabeza y tome una profunda inspiración- Porque eres mi primer amor, Luke. El primer amor no se olvida, el primer amor deja cicatrices invisibles pero muy presentes. Eres la primera persona por la que sentí algo real y ahora entiendo que ese sentimiento nunca me va a abandonar, porque es así.

"Manual para olvidar a Luke Hemmings"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora