» Solo espero poder vivir cien años más para poder recordarte más tiempo «
Julio Verne
Entro en la pastelería alrededor de las dos de la tarde; salí tarde de la academia, puesto que esperamos durante dos horas a la profesora de arte moderno y ella nunca llegó. Entro por la puerta del personal, dejo mi bolso a un lado y me coloco detrás del mostrador no sin antes cambiarme la ropa por el uniforme, el cual consiste en una franela rosa pastel con el logo de la pastelería y una diadema a juego. Red me señala unas cajas a un lado de la puerta principal, así que voy a buscarlas.
Tomo dos, no son pesadas, pero no quiero que se me caigan. Giro para regresarme sobre mis pasos cuando escucho un gemido; por accidente le estampo a alguien las cajas en el abdomen.
—¡Oh lo siento! no fue mi intención... —alzo la vista encontrándome con unos ojos mieles.
—No te preocupes —dice. La familiaridad del color de sus ojos hace que me demore viéndolos un poco más.
Doy un paso atrás, me deslizo de su mirada hasta el interior del almacén donde dejo las cajas. Al regresar, lo veo inclinándose sobre el mostrador observando los dulces. Eleva la mirada en cuanto me ve acercarme, pero en vez de ir hacia él camino hacia una chica a su lado para entregarle una caja blanca con Donuts; guardo el efectivo en la caja registradora y le paso el cambio antes de dirigirme a él. Sus ojos se pasean por mi rostro escudriñándolo como si de alguna manera este fuera el mapa de un tesoro escondido.
—¿Ya decidiste qué vas a llevar? —pregunto indiferente.
—Llevaré tres cupcakes de limón y tres de vainilla, por favor. —sonríe. Un tipo alto vestido de traje se posiciona justo detrás de él, mirando a todos lados con cautela como si estuviera buscando peligro en cada esquina del local.
Me alejo para prepararle su pedido; escucho a la señora Lise hablar con él. No quiero verme entrometida así que hago oídos sordos cuando le entrego una bolsa con la caja. Va a pagar, pero ella le dice que corre por cuenta de la casa.
Me da una última mirada antes de dar media vuelta para irse, camina entre las mesas hasta llegar a la puerta, al abrirla la campanilla suena, seguido del sonido de una fotografía al ser tomada con una cámara profesional.
...
...Because you get lighter the more it gets dark...
La canción suena a un volumen moderado a través de mis audífonos. Meto mis manos en los bolsillos de mi abrigo rosa pálido mientras hago un repaso de las cosas que tengo que comprar. Más pintura, nuevos pinceles —porque por alguna razón tienen a perderse—. Y un nuevo lienzo. También debo pasar por la tienda de mascotas para comprar más croquetas para perros y un nuevo tazón para el agua ya que el otro sufrió un pequeño accidente esta mañana cuando estaba sirviéndole la comida a Oreo, ella estaba demasiado inquieta e hizo que su hermoso tazón blanco que tenía manchas de pintura estratégicamente pintadas cayera al suelo y se rompiera.
Una ráfaga de viento me hace encogerme dentro de mi abrigo. La noche anterior había demasiado frio y las mantas no parecían ser suficientes para calentarme; no estoy acostumbrada a lidiar con tanto frio y creo que me tomará mucho tiempo hacerlo.
A causa de eso, no pude quedarme dormida hasta muy entrada la madrugada y en su lugar, me pareció una buena idea ir a pintar. Comencé trazando dos líneas ovaladas de forma horizontal formando un ovalo acostado y en su interior dos círculos, uno más grande que el otro; luego hice lo mismo del otro lado formando un perfecto par de ojos mieles que sin querer no han abandonado mi memoria.
No puedo evitar pensar en ese chico, en Scott, que terminó siendo una superestrella; y sobre todo en cómo es que él y Pratt me confundieron y pronunciaron el mismo nombre en cuanto me vieron por primera vez. ¿Acaso el amigo de Pratt y Scott son la misma persona?
Sacudo la cabeza, si es así, Pratt me hubiera dicho que su mejor amigo es una persona famosa en la industria musical.
Es demasiado extraño.
Treinta minutos después llego a un mercadillo cerca del río Támesis, desde el que se puede ver el London Eye. Llevo a Oreo conmigo, dentro de un bolso como la diva que es. El mercadillo se divide en varios locales extendiéndose a lo largo de toda el área; me encanta este lugar porque he logrado encontrar cosas que no había visto en ningún otro lado. Además, tiene una muy buena tienda de materiales para pintar y un café donde venden los mejores capuchinos que he probado, si, incluso mejores que los de Starbucks.
No me demoro mucho porque tengo que terminar un trabajo de clases, voy estrictamente a la tienda a la que debo ir para adquirir los materiales y las croquetas para Oreo. Y claro, doy una rápida pasada por el café. Caminar es la mejor manera de disfrutar de los lugares, cosa que no podía hacer con tranquilidad en Venezuela, donde te mantienes preocupada por tu seguridad, cada minuto de cada día que pasa.
Cuando llego al vecindario donde vivo, saco a Oreo del bolso y dejo que camine a mi lado mientras sostengo su correa en una mano y las bolsas con las compras en la otra. De repente, a solo un par de casas comienzo a escuchar cautelosas pisadas detrás mí; no son muy fuertes, pero si lo suficientes como para alarmarme.
Cosas que pasan cuando vienes de otro lugar.
Sigo caminando creyendo que es mi imaginación y que nada malo va a pasarme; aunque en mi mente aparezcan mil y un escenarios de terror donde la chica va caminando, siente pisadas, se voltea y alguien le entierra un cuchillo en el corazón.
Giro en cuanto siento el ruido de un auto. Sorprendida, observo como una camioneta negra con vidrios blindados se detiene a un par de metros de mí, o mejor dicho de la persona que estaba siguiéndome.
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Hello! Espero de todo corazón que te esté gustando la historia.
Y si es así, no te olvides de dejar un comentario o un voto <3
Recuerden que siempre dejo curiosidades sobre mis historias en mis redes por si quieren enterarse un poco mas sobre la vida de los personajes. <3
¿Qué harían si estuvieran en el lugar de Lynn?
With love, G
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Blasfemias del amor ✓
Teen Fiction¿Abandonarías algo que quieres por algo que amas? Engelyne es una chica con una gran pasión por el arte que, al mudarse a Londres para asistir a una prestigiosa academia, aprenderá que las cosas no siempre salen cómo se planean porque cuando conoce...