Blasfemias del amor ✓

Capítulo 36.

El corazón desea la aventura por encima de la inocencia.
Los caminos de los recuerdos.

La música que retumba en mis tímpanos hace que el piso debajo de mi vibre; las luces de múltiples colores que parpadean al ritmo de las notas hacen que mi vista se sienta cansada. Scott está a mi lado hablando con par de personas que en cuanto llegamos no tardaron el abordarlo.

Marie y yo decidimos que debía venir a la fiesta que organizó el elenco; Scott aún no sabe que ella está aquí, Marie no quiere que lo sepa, al menos no aún. Porque si es así, todo nuestro plan podría venirse abajo.

Ambas estamos convencidas de que Hunter planea algo; no lo había pensado hasta ahora, pero desde que descubrimos que el actor que iba a interpretar a Romeo despareció días después de ser elegido. No nos queda la menor duda de que algo está intentado hacer o bien, demostrar y estoy dispuesta a averiguarlo.

Se supone que sería una fiesta pequeña; pero creo que aquí no entienden lo que el termino pequeña, significa. Es imposible contarlas, pero hay al menos unas ciento cincuenta personas aquí. Han alquilado un club completo y está a rebosar de gente.
Decidieron hacer la fiesta dos días antes del estreno, para que controlar la resaca y que los actores estén listos y frescos. Pratt y Red también están aquí, perdidos entre el tumulto de gente.

—¿Quieres bailar? —me susurra Scott cuando los chicos con los que hablaba se van.

—Si —Toma mi mano y caminamos hasta donde todo el mundo baila. Una canción lenta de Ed Sheeran comienza a sonar.

La verdad, no sabría cómo definir nuestra relación; tenemos citas sin el termino definido, he aprendido a conocerlo mejor y aunque aún no le he dicho que estoy enamorada de él, nos besamos... mucho.

—¿Te he dicho lo preciosa que estas esta noche? —murmura muy cerca de mí.

—No lo creo —Me hago la loca; lo ha dicho al menos dos veces desde que me subí a auto con él para venir acá.
Él se ríe.

—Pues estas preciosa Luna —murmura en mi oído.

Aun no llego a comprender lo que este hombre me hace sentir, y creo que nunca lo haré; en estas últimas semanas he sido la chica más feliz a su lado, aunque nada este formalizado.

Porque el miedo sigue ahí; temo que en cuanto se entere de que Marie está aquí corra a verla y se olvide de mí. Pero muero cada día por decirle lo que significa para mí, mi corazón parece estallar cada vez que estoy cerca de él; el universo entero desaparece y la tierra deja de ser lo que me mantiene de pie. Mi día inicia y termina con el nombre de Scott Levine.

—Scott tengo que decirte algo —Nos balanceamos al ritmo de la música, pero cuando me escucha hablar, se detiene—. ¿Podemos ir a otro lado?

—¿Qué pasa Luna? —me pregunta cuando llegamos a un pasillo con muy poca gente.

—Hay algo que no puedo seguir ocultando —Sacudo la cabeza—. Pero antes, tienes que saber otra cosa —sé que prometí no decirle, pero no puedo seguir guardando el secreto y para eso, tengo que confesarle que Marie está aquí. Tomo una respiración profunda y miro sus ojos mieles, los cuales me observan con intriga. Separo los labios para hablar, pero el repique de mi teléfono interrumpe mis intenciones. El identificador me indica que es un número desconocido; me siento tentada a no responder, pero al final, lo hago.