Capítulo 39.

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Olvídate de todo, desconéctate de la tecnología, ignora a las personas que no te hacen bien

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Olvídate de todo, desconéctate de la tecnología, ignora a las personas que no te hacen bien. No importa lo que haya pasado; algo nuevo vendrá. Olvídate de todo aquello que te lastimó, pero asegúrate, de no olvidarte a ti misma.

G.CH.P.C.

Todo el color desaparece de mi rostro cuando escucho a Hunter. Una gota de sudor me recorre la espalda y el alivio me inunda cuando veo que aún no está del todo en la cocina y esta de espaldas. Corro siendo lo más sigilosa posible hasta sentarme en la silla; me aseguro de tener la jeringa bien escondida.

—No, no la he visto —justo en ese momento se gira hacia mí—. Bien, si llego a verla te digo. Adiós —cuelga la llamada y deja el teléfono sobre la isla. Sonríe cuando me ve sentada—. Ahora sí, podemos cenar en paz —se acerca hasta su puesto y comienza a servir la comida en los platos. No quiero engullir nada que provenga de sus manos, pero si quiero que mi plan funcione, al menos tengo que disimular. Por lo que, corto una hogaza de pan y la mastico con lentitud sin apartar la vista de cada uno de sus movimientos.

—¿Por qué estás tan callada? —pregunta en cuanto deglute—. Sé que eres muy habladora, aunque conmigo nunca lo fuiste. Con Pratt y Scott si, incluso con tu irritante mascota que casi me muerde un día. Por suerte ya no tendrás que soportarla —si logro salir de esto, le haré un altar a Oreo por querer morderlo.

—Es que... tengo hambre —miento y vuelvo a dar un pequeño mordisco al pan.

—Lo imaginé, dormiste mucho, casi treinta horas —no sabía que había pasado tanto tiempo desde la fiesta, eso quiere decir que el estreno de la obra es mañana.

—A Marie no le gustan los perros —murmura más para él que para mí.

Comprendo lo que sucede aquí; Hunter no pudo superar que Marie casi tuvo un hijo con Scott, mucho menos que se fue para alejarse de él. Quedó tan traumado con eso y eran tanta su obsesión con Marie que cuando me conoció vio un reemplazo en mí, tal como lo vio Scott. Eso no es querer, Hunter no quiere a nadie más que a sí mismo; pero su adicción por ella llego al extremo de hacer esto: secuestrar a una chica idéntica.

No puedo comprender como trabaja su mente, quizás jamás lo haga. Pero necesita ayuda con urgencia. Esto no es nada sano y para él ni para las personas a su alrededor. No estoy justificándolo, lo que ha hecho no está bien en ninguna sociedad. Pero si lo vemos desde otra perspectiva, era de esperarse.

—Escucha Hunter... —digo para llamar su atención, tomo una gran bocanada de aire y exhalo antes de continuar—, creo que te debo una disculpa por cómo me comporté hace rato, todo fue muy repentino —cuido mis palabras para que se vea lo más real posible.

—Sabía que se te pasaría, Marie era feliz conmigo y tú también lo serás —me dedica una sonrisa. Obligo a mis músculos a formar una sonrisa.

Blasfemias del amor  ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora