¿Abandonarías algo que quieres por algo que amas?
Engelyne es una chica con una gran pasión por el arte que, al mudarse a Londres para asistir a una prestigiosa academia, aprenderá que las cosas no siempre salen cómo se planean porque cuando conoce...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Es mi vida
Bon Jovi.
De la nada, la habitación queda en silencio cuando la música se corta a causa de una llamada entrante. Tanteo sobre el colchón buscando mi teléfono y presiono para contestar sin siquiera mirar el nombre.
—¿Hola?
—Hola Lynn —responde una voz casi gritando del otro lado, además, se escuchan otras voces en el fondo y la bocina de un auto. Frunzo el entrecejo al no reconocer la voz—. Soy Scott.
Dejo de respirar por un momento; no sé qué decir. Debería de saludarlo de vuelta, pero no puedo hablar. Intento hablar algo, pero todo lo que consigo decir es un balbuceo incoherente.
—¿¡Qué!? —esta vez sí grita—. Hay mucho ruido aquí, habla más alto.
Me tardo un par de segundos en reaccionar, y sin pensarlo mucho corto la llamada. Oreo se remueve a mi lado; me levanto de golpe, descalza y con los nervios brotando de mi como fuegos artificiales. Mantengo el teléfono en mi mano con la pantalla bloqueada.
Scott. Scott. Scott.
¿Acaso acabo de colgarle la llamada a Scott Levine?
Creo que sí.
El aparato electrónico se siente pesado bajo mis dedos; dejo el teléfono sobre la cama y llevo las manos a mi rostro.
¿Por? ¿Qué? ¿Hice? ¿Eso?
No puedo creer que no haya logrado pronunciar palabra alguna y colgué la llamada; pensará que soy una tonta. Y si, quizás actué como una niña al hacer eso, pero fue un simple impulso que no pude controlar.
El frío de la noche se cuela por la ventana, está lloviendo un poco; mis pies se congelan así que de un salto me subo a la cama. Tomo mi teléfono y marco el número de Scott mientras dejo escapar un suspiro cargado de nerviosismo.
Por favor Lynn, solo es Scott.
Solo es Scott Levine, nada más.
Suelto una risa irónica por lo ridículo que suena eso.
Repica unas cuantas veces antes de mandarme directo al buzón de voz; ¡Hola! Soy Scott, por favor deja tu mensaje.
—Hola Scott, yo... —el aire sale por completo de mis pulmones y corto la llamada. No puede ser que no pueda hacer esto.
¿Por qué pareciera que fuera un extraño?
Quizás porque está a cientos de kilómetros y lo más probable es que te haya llamado para saber cómo vas con la obra donde se supone que debería actuar su ex. Y se te hace difícil hablar ahora que sabes tus sentimientos hacia él; sin agregarle el hecho de que es una superestrella muy famosa y talentosa.
