¿Abandonarías algo que quieres por algo que amas?
Engelyne es una chica con una gran pasión por el arte que, al mudarse a Londres para asistir a una prestigiosa academia, aprenderá que las cosas no siempre salen cómo se planean porque cuando conoce...
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PARTE II
Mientras el corazón lata, mientras la piel palpite, no me explico que un ser dotado de voluntad se deje dominar por la desesperación.
Viaje al centro de la tierra.
Julio Verne.
Los murmullos estallan mientras cruzamos la puerta principal; no supe que se dirigían hacia nosotros hasta que Scott lo menciona. Trato de no prestarles atención, aunque me fue imposible no escuchar uno que otro comentario sobre mí; corrijo, sobre Marie.
Para que todo pareciera más real, Scott ha soltado mi mano durante todo el trayecto, ni siquiera cuando llegamos a lo que supongo es el estudio. Consistía en paredes pintadas de blanco puro, sillones grises con almohadones negros; justo en la mitad, una pared de vidrio divide el espacio en dos, de un lado tiene una mesa de control y una silla reclinable roja. Del otro lado, un micrófono en el centro, audífonos, una silla un alta y por supuesto varios parlantes de sonido.
—Aquí es donde la magia sucede —Extiende ambos brazos al aire soltando mi mano, quedando fría—. Paso la mayor parte del tiempo aquí y es algo que amo... —Se gira hacia mí. De inmediato comprendo lo que dice, si fuera por mi pasaría todo el día en la academia liberando mi arte—, ¿Qué te parece?
—Es muy bonito, me gusta este aire moderno —Fijo la mirada sobre la enorme mesa de controles; no entiendo para que sirven cada uno, pero me gustaría averiguarlo. Scott se tira sobre uno de los sillones, voy a acercarme cuando unos cuadros colgando de una pared acaparan mi atención.
No son pinturas, en realidad, son dibujos a grafito; no puedo evitar sentirme atraída hacia ellos por lo que recorro la longitud que me separa de ellos. Hay de todas clases y tamaños, al ser sin color le da un aspecto cálido al sector. Uno de ellos llama mi atención, me acerco un poco más para detallar la firma, quiero saber si conozco al artista.
Justo en ese momento alguien entra; Un hombre de al menos cuarenta años cruza el umbral de la puerta con la vista clavada en el teléfono, seguido de él viene una chica y un chico un poco más joven. El primero no se da cuenta de que yo estoy aquí hasta que casi choca conmigo; levanta la cabeza y me mira con el ceño fruncido.
—¿Marie? —Ladea la cabeza—. Pensé que no volvería a verte por aquí.
—¿Y por qué no? —mi voz suena más dulce de lo que esperé. Busco la ayuda de Scott con la mirada.
—Tom te dije que traería a Marie hoy —Scott aparece por la puerta, se acerca a mí para tomar mi mano y que la situación parezca más real.
Por increíble que parezca, no me siento incomoda. Según lo que me explicó en el camino, Tom es uno de los productores de su nuevo álbum, la chica que lo sigue a todas partes es Jane, su asistente; y el chico no tengo idea de quién es, pero fingiré conocerlo.
