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Taeyeon

Viernes por la noche, casi las once de la noche y nuevamente, mi triste rutina.

Me esforcé en balancear mi garganta y mi respiración mientras miraba de reojo a Lee Chae Rin y su obsesión por retarme para luego ser humillada cuando la superara épicamente y estaba a un par de gotas de hacerlo nuevamente.

- ¡Bebe, bebe, bebe, bebe! ¡Siiiiii!

Sandara me chocó los cinco mientras yo levantaba la botella de cerveza vacía hacia la multitud que celebraba el show. No era gran cosa, pero había que sentirse orgullosa al tener la capacidad de lanzarse botellas con otra persona y luego beberse una entera, mas orgullosa cuando Chae Rin dejó su botella sin terminar y me maldijo.

Mi turno estaba por acabar en un par de horas pero probablemente me quedaría hasta las tres de la madrugada, no era como que tuviera muchos planes para irme a casa y también estaba el hecho de que me hartaba de estar sola en mi departamento. Extrañaba muchísimo la vida hogareña que había perdido hace un par de años, pero no se lo diría a nadie, tenía una reputación que mantener.

-Oh vaya ¿Recuerdas a Juniel?-Dejé de mirar la pista y me giré a ver a mi compañera de trabajo, Chocolatito, que acababa de llegar a tomar su turno. - ¿La recuerdas o no?

Ese era un juego un poco cruel y sucio que teníamos en común. Ella me recordaba a alguna chica de mi pasado y yo fingía no conocerla, luego ella la apuntaba para escucharme decir "Oh...ella...si" y algún sucio recuerdo de alcoba con la apuntada.

Pero esa noche, no quería alargar el juego con la duda y la demencia de siempre.

- Choi Jun Hee, veinticuatro años. Le gustan las puestas de sol y el sexo en el auto, debo mencionar que en el auto de su marido ¿Cierto?-Chocolatito rió y me apuntó la barra del VIP, justo ahí, estaba sentada Juniel. -Oh no...¿Que no tiene una vida?

-Oh si, tú necesitas distraer tu mente, has estado como una ola depresiva ¿Qué diablos te pasa?

-No distraeré mi mente con Juniel, escuché que fue mamá hace un par de meses, no es lindo meterse en problemas así. Aunque sus pechos se vean increíbles.

Mirándola a lo lejos levanté mis manos simulando como seria tocar dos sandias.

-Siempre evitando las preguntas, Tae.

Besé su mejilla y me fui en dirección a mi barra en el VIP pero no alcancé a llegar cuando un grito me hizo darme la vuelta.

Mi segunda jefa.

- ¡Tae, espera! -divisé a Yuri que también estaba llegando, corría y movía un montón de llaves en el aire como si fueran un pañuelo. -Llévale estas llaves a Sunny, está en el estacionamiento.

- ¡Muy bien, muy bien! Taeyeon servicio completo. -le di una palmada en el trasero y me entregó las llaves junto con un delicado beso en la mejilla. -Te ves linda hoy.

Sí que se veía linda Yuri, era la clase de chica que no tenía ningún defecto. Con o sin ropa.

-Desearía decir lo mismo, pero sabes que te ves sexy como un demonio, Tae.

Evité su coqueteo y salí al estacionamiento para buscar a Sunny con la mirada, o al menos creo que eso hacía. Mi mente estaba en otro lado o mejor dicho; en otra persona.

Jessica.

Vivía con su recuerdo día a día, pero las últimas semanas, desde nuestra última pelea, ella estaba en mis pensamientos a cada segundo, nada ni nadie me despistaba de ella.

Sentía cierto sentimiento de culpa por todo lo que pasó entre nosotras, al parecer eso pasaba al madurar y darse cuenta de los errores pero ninguna maduraría lo suficiente como para intentar resolverlo, no había vuelta atrás y ninguna doblegaría su orgullo pero yo era la única que perdía.

Siempre me jodían, Jessica en especial.

Minutos más tarde, luego de pensar en cómo había cambiado mi situación con los años, me encontré a Sunny junto a su auto, estaba fumando un cigarrillo y parecía sacada de una película por toda la pose, el humo y la arrollante sensualidad. Pero cuando me vio, dejé de mirarla como su más grande admiradora y levantó sus brazos dándome permiso para correr dramáticamente hacia ella y la oferta de tabaco gratis.

-Me leíste la mente, Sun. -besé su mejilla y me entregó su cigarrillo mientras se sacudía el frío del cuerpo. -Yuri quiere que te de estas llaves ¿De qué son?

-La bodega del VIP es la única que funciona, la otra está bloqueada. Alguna de estas diez llaves debe ser la de la puerta trasera y tengo la jodida misión de descubrir cuál. ¿Te unes a la aventura?

Reí y negué con la cabeza para luego entregarles las llaves pensando en cuan agotador sería para ella encontrar la premiada, pero no me quedaría. Tenía muchos planes en mente cuando vi un Audi blanco estacionándose a unos metros.

-Esa zorra no tiene nada mejor que hacer.

- ¿Qué zorra?

Le apunté el auto justo antes de que Im Yoona bajara de él. Casi podía oír a Sunny frunciendo el ceño y se sentía bien no ser la única odiándola.

Habían tres razones para odiar a Im Yoona. La primera era que la muy zorra golpea fuerte, la segunda era que sólo venía al bar para ver cuántas idiotas caían a sus pies y la tercera era que, lastimosamente, yo había caído en esos pies.

Sunny comenzó a reír recordando la situación que a mí no me causaba ninguna gracia pero reí sin dejar de ver a Yoona. Estaba inclinada en la puerta del copiloto, prácticamente gritando.

- ¿A quién traerá? Siempre viene sola o se encuentra con las demás aquí.

-Tal vez a otra zorra.

El cigarrillo se acabó justo cuando Yoona jaló fuera del auto a una mujer con cabellos color miel choqueantemente hermosa. Tragué incluso el humo que contenía en mi boca. Sunny comenzó a golpear mi espalda mientras el humo me salía hasta por los oídos haciéndome parecer una mocosa con su primer cigarrillo. Generalmente, tenía más clase que eso.

-Oh wow, la zorra luce bien ¿No?

-Oh mierda, luce más que bien.

La seguí con la vista mientras se ocultaba detrás de Yoona y miraba asustada a su alrededor. Por esa simple razón me provocó una ternura que necesitaba ahogar y no precisamente en alcohol.

Me levanté del capó del auto, sacudí mis manos y caminé hacia adentro con Sunny gritando a mis espaldas.

- ¡Oh Tae, es una niña! No seas tan mala.

-Esta será una dulce venganza contra mi amiga Yoona, la mejor venganza que yo vaya a probar.

Entré por la puerta de la salida de emergencias y caminé directo al VIP, Yoona y su amiga se habían quedado en la barra de Chocolatito, a varios metros de mi barra pero aun así lograba verla desde mi lugar.

Aparte de tener un hermoso cabello miel hasta más abajo de la cintura, tenía ojos del mismo tono de su cabello, miel. Lucía tan incómoda mientras se abrazaba a sí misma y frotaba sus manos sobre sus codos. Podría apostar mi vida a que no tenía idea que estaba haciendo, ni que haría, pero yo si lo sabía. Ella tenía toda mi atención y yo lograría tenerla toda la noche.

Taeyeon & Tiffany (D&K) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora