Taeyeon.
Me desperté a las 4 de la mañana debido a una pesadilla. Mi padre, de nuevo. Mire mi cuarto, estaba oscuro menos la línea de luz de luna que se extendía desde la ventana hasta la cama. Y ahí iluminaba el dorado cabello de Tiffany.
Estaba dormida, sus labios entre abiertos y sus pestañas parecían temblar al ritmo de sus ojos cerrados. También soñaba. Pero no podría ser una pesadilla, una sonrisa se formaba en su rostro y me hizo tranquilizarme.
Pensé en cuanto confiaba en ella, no me daba cuenta cuando le contaba cosas que no me atrevía ni a recordar, y justo después de hacerlo, me sentía más tranquila y sin peso sobre mis hombros. Era bueno estar con alguien especial que te hacía sentir especial. Por más infantil que fuera. Yo necesitaba ser importante para alguien, en especial, para alguien que era importante para mí.
No quería admitírselo, pero la amaba, estaba maravillada con ella. Jamás había conocido a alguien que su belleza externa fuera congruente con su belleza interna y que se preocupara tanto por los sentimientos de los demás. Era sin duda la primera chica que primero quería conocerme antes de acostarse conmigo, todas las demás hacían lo contrario.
Bueno ¿A quién engañaba? Yo hacía lo mismo.
Y ahora, viéndola envuelta en mis sabanas usando uno de mis pijamas de algodón, con su cabello esparcido por toda la almohada y sus brazos abrazando el cuello de Ginger, me di cuenta que yo estaba demasiado feliz con esa escena. No había una sola cosa que no me gustara de ella.
Quité mi mano que envolvía su cintura y me levanté lentamente de la cama. Me fui en puntitas hasta el diminuto balcón de mi departamento y prendí un cigarrillo sólo para distraerme de todas las pesadillas.
— ¿Quieres morir? —mi manta de piel sintética cayó por mis hombros cubriendo toda mi espalda. —Es una triste salida de escape.
Sonreí y me gire para mirar a Tiffany, venia despeinada y entrecerrando los ojos. Traía el pijama y noté como los vellos de sus brazos estaban erizados. La acerqué hacia mí y la cubrí con la manta, quedamos envueltas ahí mientras ella movía su nariz contra la mía.
— ¿Te desperté?
—No. Ginger lo hizo porque tú lo despertaste a él. —sonreí y puse el cigarrillo entre mis dientes mientras acomodaba mejor la manta. —No sabía que fumabas a estas horas de la madrugada.
—Yo no sabía que cuando sueñas discutes con Ronald McDonald. —ella soltó una risa y puso sus frías manos en mi cintura. Sólo ahí recordé que estaba en ropa interior.
—Siempre sueño con payasos. Pero ese Ronald McDonald me roba mis hamburguesas. Se merece todo lo que le digo. —sonreí y lancé el cigarro al suelo mientras lo pisaba con mis pantuflas de ovejita. — ¿Tu no podías dormir?
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Taeyeon & Tiffany (D&K)
أدب الهواةSiempre hay chicas malas y buenas. Tiffany es una de las buenas: siempre obedeciendo a sus padres, a sus amigos y a todo lo que se espera de ella. Sus secretos siempre fueron suyos, era algo que al menos le quedaba, pero uno de estos secretos es de...