3.

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Tiffany

Luego de diez minutos de viaje y cinco buscando estacionamiento, entendí que esa no era la noche, no estaba lista. El terror puso a temblar partes de mi cuerpo que ni sabía que temblaban.

Había pasado muchas veces por el club pero sólo de día, de noche todo era brillante y las luces rosas y doradas parecían bastante provocadoras, sin contar el brillante letrero de una mujer con máscara de gato que se cubría los pechos con sus enormes garras.

—Baja de ahí, estúpida. —Yoona abrió mi puerta mientras esperaba pacientemente que yo saliera. Negué con la cabeza casi temblando, estaba en medio de una crisis nerviosa — ¡Oh vamos! Te divertirás y si eres inteligente; conseguirás un polvo esta noche.

—No estoy lista. —miré hacia la entrada en donde habían dos chicas besándose. — ¡Quieres que tenga un polvo y ni siquiera he besado a una chica!

—Bueno, bueno. Hoy darás tu primer beso, mañana podemos volver por el polvo. —Yoona me jaló fuera del auto pero no cedí. Ella sonrió aceptando el reto. —Ya ven aquí, cuchita, cuchita...saca la gatita a jugar.

Ya era humillante ser arrastrada por mi mejor amiga, era el triple de humillante que ella le hablara a mi entrepierna en la mitad de un estacionamiento repleto. Debía bajar.

Caminé detrás de ella todo el tiempo, ese era un lugar seguro y en donde tendría más ventaja para escapar.

—Tengo miedo, Yoon.

—Mira haremos esto, si te sientes incomoda, o alguna chica te da atención que no quieres, di que estás conmigo. Somos novias esta noche.

Su mano se acomodó en mi cintura mientras nuestros tacones sonaban en el cemento del estacionamiento. Caminamos en silencio, Yoona sólo mirando al frente y yo mirando a cada persona que pasaba por mi lado.

Aun podía escapar de ahí, tomar un taxi y volver a mi casa pero una parte de mí quería quedarse, quería ver más.

Miré a Yoona a mi lado cuando le pasaba unos billetes al guardia, también miré como unas chicas se giraban a mirarla y susurraban entre ellas. Había pasado con la mayoría de chicas que vi, todas se giraban a verla o cuchicheaban mientras la miraban.

— ¿Se supone que te conocen allá adentro?

No había querido preguntarle sobre eso porque las historias de Yoona siempre son muy rebuscadas y cubren inocentemente la verdad. Pero ahora si dudaba ¿Cuántas veces ella había estado ahí y por qué?

—Un poco, sí.

Estaba alardeando, no la conocían sólo un poco, antes de cruzar la entrada yo ya había contado a siete chicas que la habían saludado por nombre y apellido. Así que al parecer, yo no era la única amiga lesbiana de Yoona.

Pero ignoré todo una vez dentro en donde quedé completamente fascinada. No sólo por toda la cantidad de chicas, sino por toda la decoración y colores, en especial la barra del bar, tenía forma de corazón y era roja brillante.

Había muchas chicas que estaban en parejas, otras eran grupos de amigas y todas parecían conocerse, en especial con las bartenders que usaban pequeñas camisetas con el nombre del bar y mientras caminábamos cerca de la barra me quedé mirando como dos de ellas se lanzaban botellas y servían fugazmente ganándose los aplausos de toda la clientela.

— ¿Qué Dios está dejando caer sus ángeles?

Un grito hizo que casi tropezara y aterrizara en el suelo, agradecí que Yoona me sujetara y me mantuviera estable no sin antes darme una mirada de regaño por mi vergonzosa actitud sobre tacones.

Taeyeon & Tiffany (D&K) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora