Taeyeon & Tiffany (D&K)

41.

Victoria

Tiffany me miró una última vez cuando cerró la puerta de la casa de Taeyeon, dejándome en un extenso silencio con Yoona. No quise seguir alargándolo y le dije mis verdaderos motivos por estar ahí, sabía que no le parecían, que de seguro yo tendría que estar lejos de este país porque Yoona no era torpe, yo tampoco; muy en el fondo sabía que Taeyeon me habría traído solo para tener a quien apuntar en caso de un asesinato.

Pero no estaba ahí por Taeyeon, sabía que mis verdaderos motivos estaban todos puestos sobre Tiffany.

Pero Yoona debía saber todo lo contrario.

— ¡No puedes hacerme esto! ¡Después de todo lo que hice por ti! —mantuve mi expresión neutral ante los gritos y el llanto furioso de Yoona. — ¿Cómo puedes hacerme esto?

—Yo no te estoy haciendo nada y ese es el problema. —tragué saliva para intentar alejar el nudo que se hacía en mi garganta cada vez que la veía llorar. —No te amo, no puedes obligarme a hacerlo tampoco.

Muchas relaciones en mi vida se habían acabado así, conmigo negando todo y haciendo que las personas escaparan. A la única persona que me aferré fue a Taeyeon que me hizo sacar a una versión más joven de mí, una de la que no estaba orgullosa.

Pero las cosas eran así; me había enamorado de Taeyeon y eso me hizo sacar mi lado más estúpido y desgraciadamente; mi lado más Song.

Aun así, Yoona era diferente. No sabía si fue amor a primera vista o algo así, pero desde que puso en peligro su propia amistad por mí me di cuenta de que nadie nunca había hecho tanto por mí, nadie más que ella se merecía todo mi amor. Pero ¿Qué haría yo con él?

—Sabias desde el principio que yo amaba a Taeyeon y detesto tanto que ahora finjas que te importa cuando estuviste revolcándote con su prima.

— ¡Eso no importa, Victoria! ¡Yo te quiero a ti, no a ella! —sus manos se detuvieron en mis mejillas y la alejé. —Por favor, ven conmigo.

—Yoona, jamás va a funcionar.

—Sí, si puede funcionar. —cerré los ojos cuando se aferró a mí. —Te lo ruego.

—Si necesitas rogar para que funcioné, debes darte cuenta de que no lo hará. —abrí los ojos y la miré. Tan débil como lo que yo fui alguna vez en brazos de Taeyeon, entendía muy bien lo que sentía conmigo; comprensión. Pensaba que nadie más la entendería como yo, que nadie la amaría con defectos y errores. —No te amo.

Im Yoona llegó a mi vida tan sutilmente como una familiar nevada en mi hogar, cuando estaba más perdida logré encontrarme en otra persona, darme cuenta de que tenía cosas buenas que entregar, con Taeyeon jamás fue así. Taeyeon era una nueva sensación como estar en un lugar perdido, era toda la rebeldía que había conseguido al escapar de mi hogar, era todo lo malo que yo deseaba ocultar, pero me abracé a ella como me habría abrazado a cada parte de mi pasado que me hizo lo que era hoy.

Pensé que eso era lo que necesitaba en mi vida, pero no era así. Necesitaba abrazarme a un futuro, a Yoona, a alguien dispuesta a dar todo y ser solo para mí. Necesitaba su rabia, su determinación, su inestable seguridad que alzaba la mía. Lo supe desde que esa noche apareció en la mitad de la nada evitando que alcanzara a su mejor amiga.