1| El Chico Malo |Ruggarol|

25: "De vuelta a la realidad"

Karol

Los días, se pasaron rápidamente. El fin de semana acabo y hoy ya es Lunes, mañana habrá que volver al internado. A la realidad, donde seré una simple chica más.

Ahora mismo nos encontramos cenando, ha sido un día lleno de muchas emociones. El papá de Ruggero, se presento ebrio, soltando un montón de barbaridades hacia su ex esposa.

Ruggero ordenó que nos encerraramos en su habitación. Y así lo hicimos, Liliana, María y yo esperamos intranquilas hasta que el sujeto se vaya. Abajo, en el primer piso, se oían gritos y golpes.

La pequeña niña sollozaba en el hombro de su madre, susurrando que tenía miedo que el pasado se repitiera, la mujer le decia que eso no ocurriría, que todo estaba controlado. No podía evitar sentir nostalgia ante esa escena, era conmovedora.

Yo perdí a mi padre cuando era a penas una niña. Crecí solo con mi mamá, aunque siempre quise tener el cariño de un padre, tener un héroe.

Siento la mirada de alguien, volteo y observó a Ruggero mirándome fijamente con el ceño fruncido. Lo miro con confusión y él rápidamente mira hacia otro lado.

- Que lástima que mañana ya se tengan que ir - dice Liliana enrollando los espaguetis en el tenedor. - ¿No se pueden quedar unos días mas?

-Lo siento, hermanita. Tenemos que volver a clase - le explica Rugge mirándola con ternura. - vendré a visitarte cuando salga de vacaciones.

- Karol, ¿Tu también vendrás no? - trago saliva y le doy una rápida mirada a Ruggero antes de asentir levemente - genial, estaré contando los días.

Doy un último bocado a mi comida y me pongo de pie, tomando mi plato y llevándolo hasta la cocina, para después colocarlo en el lavabo y comenzar a lavarlo. .

- ¿Piensas que te traeré de nuevo? - me tenso inmediatamente al sentir las manos de Ruggero acariciando mi cintura. - te tienes mucha confianza - susurra en mi oído.

- Lo dije para tranquilizar a Lili - respondo casi en un susurro. Su tacto me pone nerviosa.

Deposita besos en mi cuello mientras que sus manos continúan su recorrido.

- Estoy lavando - digo en jadeos.

Cesa sus caricias y se aleja de mí, para recostarse en una de las paredes.

- ¿Preparada para volver mañana? - dice desinteresado.

- No del todo. Tendré que soportar el interrogatorio que seguro me hará Michael. - respondo secando el plato.

- Simplemente dile que estabas conmigo, me encantaría ver su reacción - mira a la nada como imaginando la escena.

- Definitivamente tú estas loco - digo yendo hasta el comedor, tomando los platos que quedaban en la mesa y regresando nuevamente a la cocina - además, no te salvarías de sus golpes.

- Por favor ¿Es en serio? Le he roto la cara un montón de veces sin necesidad de hacer mucho esfuerzo. - responde orgulloso mostrando sus músculos.

Río mientras restriego los platos. - sueñas mucho.

- ¿Yo ya te dije que te ves bien sexy cuando lavas? - dice, y rápidamente siento el calor en mis mejillas. - ¿Y que te sonrojas bien rápido?

Él ríe y niega con la cabeza. Parece que le divierte mi reacción y odio que lo haga.

- ¿Te parece divertido? - cuestionó con cierto disgusto en mi expresión.

- Vamos karol, estoy bromeando. Aunque lo del sexy si es verdad.