–¿Camz? ¿cariño?..Amor?.-se escuchó decir a Lauren una y otra vez.La castaña no respondió palabra alguna a la florista,ya que su mirada estaba puesta en el hombre alto que acababa de llegar.
–¿Estás bien?.-le preguntó Lauren a la madre de su hija,quien en respuesta solo agitó levemente la cabeza de arriba,abajo.
La chica de ojos verdes sujetó las manos de su prometida,pero estos estaban sudorosas,quizás era por el embarazo,pensó la ojiverde.
–¿Puedes sostenerla un momento?.-habló de pronto la castaña.
–Claro que sí,Amor.-respondió la ojiverde,tomando a su hija entre sus brazos.
Pero la pequeña despertó en ese momento y miró a su alrededor y luego se metió en el cuello de su madre tal cómo había hecho con Camila.
–Mami,quiero hacer pis.-dijo Madison con esa vocecita tan dulce que la caracterizaba.
–Ve,estaré bien.-comentó la morena latina con una sonrisa,lo cual tranquilizó a su prometida.
–No tardaré.-mencionó la florista antes de alejarse de su hermana.
Una vez que Lauren desapareció de su vista,Camila suspiró profundamente y se armó de valor para acercarse al hombre.
–Bueno,iré por unas bebidas,te preguntaría si quieres una,pero no puedes.-comentó Alexa a su lado,haciendo que la castaña la mirara.
–Al parecer tu cuerpo está aquí, pero tu mente no Camilita.-se burló Alexa.-.. ¿acaso estás pensando en Lauren y en lo que harán luego de que todo esto acabe?.-Terminó la joven mirando de reojo a la prometida de su amiga.
–Sí.-respondió Camila con una sonrisa,bueno si a eso se podía llamar sonreír.
–Bueno,espero que lo disfrutes,futura señora Jauregui.-Añadió Alexa con cierta picardía.
Fue lo último que dijo antes de alejarse de la Latina.
Una vez que estuvo sola,fue en dirección del hombre que vestía muy elegante.
–¿Cómo llegaste aquí?.-preguntó la castaña.
–En mi coche.-respondió de una manera burlona,él sabía perfectamente a lo que Camila se refería.
–tienes que irte ahora mismo Robert.-le pidió amablemente.
–¿Tienes miedo a que tu novia te vea hablando conmigo? O mejor dicho... Tu hermana?.-dijo Robert con cierta ironía.
–Pero sabes no vine a pelear,sino a disculparme,sé que fui un idiota en tu consultorio.-aquello sorprendió a Camila,se veía sincero.
–Y no quise asustarte,en serio lo siento.-terminó Robert bajando la cabeza.
–Y no pudiste esperar hasta mañana para decírmelo?.-dijo la castaña cruzándose de brazos.
–no podía esperar hasta mañana.-contestó.
–¿podemos hablar en privado?.-Camila aceptó y le indicó que lo siguiera.
Ambos salieron de la casa de Clara y una vez que estuvieron afuera,Camila se cruzó de brazos a la espera de lo que Robert tenía que decirle.
El hombre era muy bueno actuando.
–Camila,todos estos años,no he dejado de pensar en ti y fui un idiota al dejarte ir,pero luego me di cuenta de lo mucho que te amaba y sé que aún sientes algo por mí.-empezó a decir el hombre.
–Dame una oportunidad para demostrártelo,Camila.-sus ojos azules,se llenaron de lágrimas,los mismos que la habían cautivado años atrás.
–Lo siento mucho Robert,no puedo darte esa oportunidad,yo amo a mi novia y no pienso dejarla por ti,ni por nadie.-dijo la castaña con total seguridad.