Capítulo VI

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"Ayer noté algo desconcentrado al capitán de Ravenclaw durante el entrenamiento con su equipo

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"Ayer noté algo desconcentrado al capitán de Ravenclaw durante el entrenamiento con su equipo. Nada más te aviso que este año no veo TAN imbéciles a mis Slytherin. ¿Será que nos quieras obsequiar la copa, prefecto?"

Si había algo peor que la clase de Herbología en el invernadero, eso sin duda era la clase teórica de la misma asignatura, en un aula que olía a tierra húmeda, pero no de esa que se mojaba con la lluvia reciente, sino de la que se acumulaba durante siglos en el mismo lugar y que te hacía pensar en las diferentes eras geológicas desarrollándose al mismo tiempo en una sola habitación.

Yuri se encontraba verdaderamente aburrido cuando decidió que era buena idea hacer uso de la tinta invisible en la orilla del pergamino en el que hacía las anotaciones correspondientes acerca de las propiedades curativas de la corteza del abeto y el eucalipto. Con algo de suerte y Otabek estuviera en clase y, sino era así, el mensaje ya encontraría la manera de mostrarse ante los ojos del kazajo en algún momento del día y esperaba que de manera segura.

El joven slytherin volvió a arrojarse sobre la mesa y resoplar, recordando que, en efecto, la tarde de ayer Otabek había estado un tanto disperso. Su imaginación le jugaba la mala pasada de hacerle creer que era porque el kazajo llevaba días estando consciente de que tenía público desde la biblioteca. ¡Tonterías!

Lo que Yuri no se esperó fue que su mensaje de viernes por la mañana fuera respondido hasta la noche de domingo.

"No le obsequiaré la copa a nadie, no en mi último año, Plisetsky. Tu casa puede seguir esperando con muchas ganas. Siento la tardanza en responder a tu mensaje, pero he estado algo atareado y encima secuestrado por dos Gryffindor cabeza de chorlito, creo que deberías conocerlos algún día. ¿Qué cuenta el fin de semana? ¿Estas ocupado?".

Eran casi las siete de la tarde cuando aquel mensaje apareció en la esquina del libro que se encontraba leyendo encima de la cama mientras esperaba a que el estómago le avisara que era momento de ir a cenar. La tarde se tornó bastante fría y la noche pintaba para ir todavía peor, él decidió permanecer en su habitación estudiando, justo ahora que sus compañeros ya se habían adelantado camino al gran comedor o perdían el tiempo en la sala común. Desde el día anterior se enteró de que esa noche habría fiesta en la Casa de los Gritos y por ello algunos adelantaron la cena y otros más hacían demasiado revuelo alrededor.

Yuri solo podía pensar en que sí, había visto a Otabek y sus dos amigotes recorrer los lindes del castillo... seguro para escapar a saber cómo a Hogsmeade, su amigo kazajo le había hablado ya acerca de esa clase de travesuras alguna vez. Estaba haciendo un verdadero esfuerzo para fingir que no sentía un poco de envidia hacia ese par de Gryffindor. Pero lo cierto era que la sentía y eso se notó con la respuesta que escribió:

"Fin de semana aburrido, como todos los fines de semana de Plisetsky supongo".

Optó por tomar una ducha y vestirse el pijama para volver a su lectura. El hambre aún no hacía acto de presencia y comenzaba a desear irse a dormir sin cenar. Al abuelo definitivamente no le agradarían esa clase de comportamientos malcriados.

Auténtica AmortentiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora