Capítulo XX

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¿Obliviarle? ¿Para qué podría querer obliviarle Otabek? se preguntaba Yuri cuando salía de las mazmorras con pergaminos y plumas y tintero entre los brazos, no dejaba de darle vueltas a las palabras del legeremante Gryffindor, con ese pensamiento ...

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¿Obliviarle? ¿Para qué podría querer obliviarle Otabek? se preguntaba Yuri cuando salía de las mazmorras con pergaminos y plumas y tintero entre los brazos, no dejaba de darle vueltas a las palabras del legeremante Gryffindor, con ese pensamiento fue que chocó en más de una ocasión con algunos alumnos de camino a la biblioteca, obviamente siempre echándole la culpa al resto y no a su propia distracción.

Fue a tomar asiento en la misma mesa de siempre y extendió un pergamino. Había muchísima menos gente de lo normal, pues muy probablemente todos mantenían aún la euforia del partido y estarían vagueando por cualquier parte.

Comenzó a escribir ese ensayo que le dejaron en la clase de Adivinación de esa mañana, pero las jodidas palabras de Leo de la Iglesia no salían de su mente. Un Obliviate... ¿Para que lo usaría con él alguien como Otabek Altin?

— Concéntrate, Yuri... — se exigió.

Ese ensayo no podía obtener una mala nota... No era posible que fuera tan inteligente para unas cosas y que para un misterio como el de Otabek no le alcanzará con su cerebro.

— ¿Tan atrasados están los deberes que no has ido a felicitarnos, Yura?

"De los astros y demás cosas de los antiguos druidas. Por Yuri Plisetsky" rezaba en lo más alto de su pergamino a casi terminar de redactar, se encontraba algo cansado y el estómago ya demandaba alimento, así que cuando estuvo a punto de levantar todos sus utensilios fue que llegó Otabek ante sus ojos y decidió continuar escribiendo para parecer ocupado, solo sonrió. El Ravenclaw había tomado asiento y le miraba ya con sus codos sobre la mesa y a la vez su rostro entre las palmas de sus manos. ¿Cuánto tiempo llevaba invertido en aquel ensayo?

— Además... deberes de adivinación... — La burla plasmada en su tono de voz.

— Deberes de adivinación, si. Casi terminados. - asintió mirándole solo de reojo sin dejar de escribir.

Transcurrieron un par de horas después de partido y Otabek seguía sin encontrar a su felix felicis en el castillo

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Transcurrieron un par de horas después de partido y Otabek seguía sin encontrar a su felix felicis en el castillo. Leo y JJ se esfumaron detrás de dos atractivas Hufflepuf y Otabek se dedicó a buscar a Yuri por variados rincones del colegio donde era probable encontrar al menor. Finalmente, llegó hasta la biblioteca, aquella mesa a un costado de la ventana que daba a los campos de quidditch... Suspiró, esbozando una suave sonrisa, acercandose con cautela hasta el menor. Sin embargo, su encuentro no fue para nada como él había imaginado que sería.

Auténtica AmortentiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora