Lo cierto era que no había brindado por Otabek ni con Otabek a pesar de que llegaron juntos al gran comedor luego de su encuentro en la biblioteca.
Ocurrió algo muy curioso en cuanto tomó asiento en la mesa de Slytherin, si bien lo hizo de cara a la de los Ravenclaw, lo cierto era que intentó hacerse lo más pequeño e insignificante posible ante el festejo que entre los cuervos se celebraba a la hora de la cena. Por todos los cielos... Sentía como si todo mundo pudiera ver a través de él y supieran lo que había hecho con el capitán de Ravenclaw al que todo mundo agradecía la victoria.
Yuri se apresuró a devorar las magdalenas y el jugo de calabaza para ir directamente a su habitación, a mentalizarse para lo que ocurriría en un par de horas. Se arrojó sobre la cama con los brazos extendidos y cerrando los ojos se imaginó a sí mismo volando en solitario en una saeta de fuego, una propia, sin miedos, sin pensar en que pudiera estrellarse contra el suelo en cualquier momento. Se imaginó con el uniforme de quidditch de Slytherin y por primera vez los colores de su casa en Hogwarts le parecieron los más bonitos.
No se dio cuenta del momento en que se quedó dormido, pero para cuando despertó el sol había caído por completo y suponía que sería la hora para encontrarse con su profesor de vuelo. Así que se cambió el uniforme y se vistió ropa más casual, acompañado de su chaqueta favorita y calzado deportivo. Era momento de enfrentar los miedos en serio.
Llegó hasta el sitio en el que se encontró con Beka la primera vez, el sitio del picnic nocturno y el sitio en el que quizás podría comenzar a encontrarse cerca de poder hacer un gran sueño realidad. Las manos dentro de los bolsillos de la chaqueta y comenzó a deambular entre las torres de las tribunas de las casas de Hogwarts. Esperaba que Otabek no demorarse demasiado, porque no prometía comportarse si algún otro prefecto venía a reprenderle. Solo una figura de autoridad lograba calmarle y todavía no le veía por ninguna parte.
Al final el casi triunfo de Hufflepuff no fue más que un efecto de la mala racha de Ravenclaw, pensaba Yuri al pasar detrás de la tribuna de los tejones, fue en ese momento que alguien le atrapó por la espalda y cubrió sus ojos
— Que puntual este alumno, por Merlín...
Estuvo a punto de soltar un buen revés a su captor, pero pronto se arrepintió al reconocer la voz de quién le hablaba. Ni más ni menos que Otabek intentando que su voz sonara diferente, aunque fracasando estrepitosamente en el intento.
— ¿Por qué mi profesor habla tan extraño? — preguntó llevando las manos hasta el dorso de las que le cubrían la visión. — ¿Será que su propia saeta ha decidido darle una tunda?
— Tu profesor ha fracasado en el intento de sorprenderte haciéndose pasar por un extraño — del mayor rió muy discretamente. — Acompáñame a buscar a la nena, ¿si?
La nena, qué cursi que sonaba aquello para referirse a una escoba.
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Auténtica Amortentia
Fanfiction¿Conoces el secreto para encontrar el amor verdadero? ¿Es la Amortentia el único método infalible para asegurarlo? Yuri Plisetsky y Otabek Altin, durante el último año en Hogwarts del Ravenclaw, descubrirán que lo suyo es auténtica Amortentia. Ese p...