Capítulo XVII

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Desde mediados de la semana pasada que no hablaba con Otabek, ni siquiera miserables notas con tinta invisible y eso comenzaba a molestarle en sobremanera, porque ni siquiera podía decir que hubiera estado muy ocupado con deberes o exámenes, era s...

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Desde mediados de la semana pasada que no hablaba con Otabek, ni siquiera miserables notas con tinta invisible y eso comenzaba a molestarle en sobremanera, porque ni siquiera podía decir que hubiera estado muy ocupado con deberes o exámenes, era simplemente que continuaba aletargado con un estúpido pensamiento: ¿Acaso Otabek Altin correspondía el gusto que profesaba por él? Parecía ser que sí y de paso... Indirecta y estúpidamente parecía haberle dado un primer beso sin querer.

Fueron curiosos esos días, pues a pesar del incidente de su última despedida, lo cierto era que a la lejanía en los pasillos se dedicaban al menos una sonrisa o asentimiento a modo de saludo, lo mismo cuando llegaban a coincidir en el gran comedor, aunque ninguno hacía por invitar al otro a su mesa.

Fue así que esa noche Yuri decidió que tenía suficiente de echar de menos una conversación con él, de anhelar repetir una... cita, si podía llamar así a la salida nocturna en escoba de la última vez, y se decidió por lo menos a escribirle:

¿Qué ocurre? ¿Beso tan mal que has decidido ya no enviar ni a tu hurón-mascota a visitarme, prefecto? ¿O acaso te ahuyentaron mis gritos y amenazas de muerte que estuve dedicandote mientras sobrevolabamos el lago? En fin, solo quería saludar de manera apropiada. Espero estés teniendo buena noche, Beka.

Cinco, diez minutos... Otabek no respondía y quizo pensar que quizás ya se encontraría dormido, después de todo sus compañeros de habitación lo estaban desde hacía casi una hora y él mismo ya tenía cortinas abajo y se había metido dentro de los cobertores a estudiar también hacía un rato. El jodido frío de finales de año era terrible. Ah, Yuri idiota, ¿realmente qué le garantizaba que Otabek pudiera tener a la mano algún trozo de papel en el cual ver su nota?

Todo se encontraba a oscuras luego de que acabará con el Lumus de su varita, pero de pronto sintió algo cayendo en su cama, cerca de la almohada y un chillido muy quedito. Bastó con reincorporarse y un buen segundo Lumos para encontrar al culpable.

- ¿Otabek? - susurró ante la presencia del pequeño visitante, este que en esta nueva ocasión le aceleró el corazón pese a su forma animal en que se presentaba.

- ¿Otabek? - susurró ante la presencia del pequeño visitante, este que en esta nueva ocasión le aceleró el corazón pese a su forma animal en que se presentaba

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