Capítulo VII

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31 de Octubre

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31 de Octubre

"¿Has probado el pastel de calabaza que preparan los elfos esta mañana para iniciar las celebraciones de día de brujas, Otabek? Parece que el comedor estará llenísimo de buena comida durante todo el día. No es que mis compañeras de casa estén desbordadas con la idea de que desean atiborrar de obsequios de cumpleaños a cierto Ravenclaw el día de hoy, pero han hecho que me enterará de ello voluntariamente a fuerza jajaja. ¿Qué haces exactamente en tu cumpleaños? ¿Asistes a la fiesta de Halloween? Nunca te he visto en ellas, aunque yo solo voy a cenar y me voy a la cama. Supongo que ese par de Gryffindor van a hacer de las suyas ¿no? Espero poder acapararte más tarde para darte mis saludos y felicitaciones, Altin".

No había vuelto a hacer uso de la tinta invisible desde aquel día en que se atreviera a llamar "Beka" a su amigo, de hecho desde entonces no se habían vuelto a topar ni en los pasillos. No fue que estuviera evitándolo, pero la vergüenza era bastante, la misma que sentía al reconocer que no era por sus compañeras Slytherin que conocía aquel dato, sino porque él mismo lo había visto en alguna edición escolar de Corazón de Bruja que hablaba de los talentosos chicos más perseguidos en los colegios europeos.

"Todavía no tengo el placer de probar el pastel de calabaza, he privilegiado unas horas de sueño extra. En mi cumpleaños... voy a cenar, leo las cartas interminables de mamá y mis hermanas, abro los regalos que me envían y bebo chocolate caliente. También les cubro las espaldas a los decerebrados de mis amigos en las bobadas que se les ocurren en esta noche, jeh. Puedes acapararme cuando gustes, Yuri. Estaré en la biblioteca después de ir a tomar un trozo de pastel como desayuno".

Vale, que la respuesta decía que se encontraría en la biblioteca y Yuri solo podía preguntarse si acaso sería muy obvio pasar el rato fingiendo adelantar deberes en un día feriado en Hogwarts. Él, con las cortinas de la cama sin levantar todavía, escuchaba a sus compañeros de cuarto ir de un lado a otro preparando los últimos detalles para la fiesta de esa noche, ninguno de ellos parecía tener pareja para asistir y Yuri apostaba a que terminarían yendo en grupo. Había escuchado que por esta ocasión los directivos decidieron organizar algo muy en grande que incluía música bastante decente para bailar y un banquete que a todos les haría reventar.

Y Yuri Plisetsky deseando pasar la tarde en la biblioteca. ¿Sería tan egoísta como para acaparar Otabek todo el rato en algo tan aburrido como eso?

"Qué casualidad. Justo iré a buscar algunos libros para adelantar deberes el día de hoy. Ya sabes, para leer en la mesa de siempre. Sería bueno encontrarte ahí, tampoco es que Plisetsky disfrute mucho de quitarle su valioso tiempo a los prefectos, a no ser que sea para ser reprendido".

Si, se había atrevido a ser tan egoísta.

"¿Podré comer a escondidas en la biblioteca? Voy bajando para tomar el desayuno, quizás podrías acompañarme. De cualquier modo esperaré por ti en tu mesa de estudio favorita".

Auténtica AmortentiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora