Capítulo X

1.3K 184 13
                                    

Había transcurrido una semana desde aquella noche de Halloween que para Yuri había sido inolvidable y que de paso le había hecho sentir como un gato asustado durante todos esos días

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Había transcurrido una semana desde aquella noche de Halloween que para Yuri había sido inolvidable y que de paso le había hecho sentir como un gato asustado durante todos esos días. ¡Un jodido beso en la mejilla! No sabía qué pensar de todo eso, lo cierto era que chicos le habían robado besos de los labios, en el barrio donde vivía con el abuelo más de un mago o bruja le había dedicado supuestos halagos que sonaban obscenos y ni qué decir de las metidas de mano que había padecido alguna vez por alguno de sus pretendientes.

Mientras se encontraba en su clase aburridisima de Historia de la Magia fue que se quedó mirando la limpia orilla de su pergamino y la pluma de tinta invisible que Otabek le regalará semanas atrás. Ni él mismo se creía que llevara escondiéndose tantos días... Aunque el kazajo tampoco había hecho mucho por buscarle. ¡Y él no tenía la culpa si evitaba los lugares que frecuentaba el mayor!

Pues a la mierda... Le saludaría, que igual y Otabek acostumbraba a despedirse así con la gente de su confianza, aunque de ser francos le daría asco saberlo despidiéndose así de Leroy, por ejemplo.

"¡Ey! ¿Qué dice tu inicio de semana, joven prefecto? ¿Tendrán entrenamiento hoy? Planeaba criticarlos muy duramente desde la biblioteca esta tarde".

*

Cuidado de Criaturas mágicas no era una asignatura que detestara, en realidad le gustaba y se le daba bastante bien, pues a diferencia de su relación con los humanos con los animales era más de respetar para ser respetado; entre eso y que la formulación de dietas nutricionales se le daba genial, más esa tarde, mientras de ejerció debían formular una dieta para Cangrejos de fuego en cautiverio, Yuri no podía estar más ansioso y desconcentrado.

El montón de números garabateados en su pergamino no le decían nada y al carajo con la fibra y la proteína de sus requerimientos nutricionales. Inevitablemente escribió con la pluma de tinta invisible en la orilla del papel.

"¿Qué? ¿Has tenido miedo de mis grandiosas críticas constructivas acerca de tus jugadas?"

¿Qué tan desesperado parecía el haber vuelto a escribirle a su amigo? Se quedó pensando en la situación... No hacía mucho él mismo se había enfadado con Otabek por haber pasado de él por varios días, era completamente válido que el Ravenclaw estuviera haciendo eso mismo por haberle rehuido a toda posta. Al menos aquella ocasión Otabek había tenido a sus tontos amigotes como excusa... Él no tenía ninguna.

*

Ahora sí Yuri estaba que se trepaba por las paredes. No había recibido en absoluto respuestas por parte de Otabek, por lo que esta vez no se atrevió a realizar sus deberes en la mesa de siempre de la biblioteca, tuvo que ver desde mayor distancia el entreno de Ravenclaw... Ver a Otabek desde lejos e imaginando todo tipo de telarañas mentales respecto a lo que pudiera pensar su amigo de él y su manera de rehuirle. Fue así que vio como todos los azul y plata comenzaron a descender en las escobas y él decidió que era hora de marcharse a su habitación. Tal vez en la intimidad de su cama, con cortinas echadas, podría maquinar alguna táctica de acercamiento útil y con una disculpa convincente.

 Tal vez en la intimidad de su cama, con cortinas echadas, podría maquinar alguna táctica de acercamiento útil y con una disculpa convincente

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Durante la jornada de las últimas horas, Otabek no tomó un solo apunte, ningún pergamino, siquiera un libro. Fue todo dedicación completa a la planificación estratégica para el partido de quidditch contra Hufflepuff y no había tiempo que perder.

Tomó un largo baño de tina en el privado de prefectos, relajándose con los aromas, divertido con las burbujas, encantado con los colores que tomaba el agua cada tanto. Suspiró, dejando caer su cabeza por el borde de la tina, mirando el tejado.

— Que ocurre, Plisetsky — murmuró al aire, sabiendo que no iba a ser escuchado por aquel rubio de ojos verdes.

¿Habrá hecho algo tan malo como para que el otro este tan enojado?


¿Habrá hecho algo tan malo como para que el otro este tan enojado?

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

¡Y pues eso! Capítulo absurdamente cortito porque... Esto solo es el previo a una nueva y muy divertida aventura para estos dos xD. Ya nos estamos ríendo nada más de acordarnos lo que se viene.

Mi partner y yo esperamos seguir sacandoles bonitas sonrisas con esta mágica historia <3

Saluditos desde México y Chile <3

Auténtica AmortentiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora