Un sentimiento | 1.2

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Asgard,
8 años de edad

El pequeño y a la vez no tan pequeño Thor de doce años noqueaba fácilmente a los guerreros asgardianos que lo ayudaban a practicar sus movimientos de batalla.

Cada dos por tres Loki debía esquivar las cuchillas y demás armas que se escapaban de la pelea, mientras leía plácidamente su libro de hechizos.

Ninguno prestó atención cuando se abrió la puerta del salón, no hasta que una voz marciana que no escuchaban desde hacía un año les saludó, con el característico respeto que solo podía provenir de un hablante nato de Wylfgard.

Loki alzó los ojos del libro por primera vez en horas, Thor tuvo que vencer a los guerreros con mas rapidez y menos estilo para ver a la visitante.

Keira bajaba los pocos escalones de la entrada con una guerrera wylfgardiana a cada lado, cosa que no fue tan bien vista por los chicos, pero aún así, corrieron a su encuentro.

—¿Quienes son? —preguntó Thor, sin pelos en la lengua, señalando a las guerreras.

Recibió un codazo por parte de Loki.

—Thor —sonrió Keira, ignorando cómo siempre las faltas del rubio—, es un gusto volver a verte. Te he extrañado, y también a tu manera grotesca de expresarte. Ellas solo están por protección, no moverán un dedo si no es completamente necesario.

—¿Protección? Pero nosotros jamás te haríamos daño —respondió Thor.

—Si, no estamos tan locos como para desafiar a tu reino —agregó Loki.

—No es protección mía, es la suya —respondió Keira—. He pasado el último año en transición. Es imprudente de mi parte esta visita, pero tenía tantas ganas de verlos.

—¿Transición de qué? —insistió Thor—. No te coronarán hasta que ganes los otros tres torneos.

—No Thor —intervino Loki—, la transición es a como le llaman al proceso en el que los wylfgardianos obtienen sus poderes.

Keira torció los labios con la mirada puesta en Thor, —¿No deberías saber eso ya? Como potencial heredera del trono he aprendido cada historia y procedimiento que ha ocurrido, ocurre y ocurrirá en Asgard.

—¡Hago lo que puedo! —Alzó las manos en modo de inocencia—, es demasiado qué aprender. Dame crédito, antes ni sabía sobre los torneos.

—Es igual, te contaré, ¿te apetece una caminata por el jardín, principe Thor?

La mano de Keira se estiró esperando por la de él. El ceño de Loki se frunció ante la propuesta de la chica, Thor buscó la mirada de su hermano y compartieron la incomodidad, pero al final, Loki empujó a Thor para que tomara su mano.

Las guardias de la princesa se tensaron ante el contacto de los jóvenes, mas no hicieron nada al respecto pues nadie se encontraba en peligro inmediato.

Keira guió a Thor hasta el jardín, a Loki no le quedó más remedio que sentarse a terminar su libro.

La wylfgardiana le platicaba a Thor sobre la historia de su mundo, pero el chico solo podía mirar la unión de sus manos con extrañeza. Caminaron unos minutos por el jardín y Keira aún no lo soltaba, ya era para que hubiera sucedido.

—...eso es trabajo de los tres guardianes, justo ahora solo mi padre, el Rey, sabe quienes son, nadie más sabe, ni siquiera yo. Solía escuchar de mi madre que los guardianes eran wylfgardianos que para los ojos del pueblo habían muerto, pero que solo habían fingido sus muertes para ocupar ese puesto tan sagrado y... ¿Thor? ¿Qué ocurre?

Y como si no hubiera escuchado ni una palabra de lo que Keira le había dicho, Thor preguntó con su vista en el agarre—¿Por qué aún no sueltas mi mano?

—¿Eh? —Keira siguió la mirada de Thor hasta sus manos—. Es una muestra de afecto, ¿Qué tiene de malo?

Los azulinos ojos del Dios se abrieron de par en par, soltó a Keira.

—¡Las muestras de afecto son para las parejas, no para los amigos!

El Dios del trueno corrió lejos, dejando a Keira con la mirada baja y ojos ligeramente cristalizados. Loki, quien los había seguido hasta ahí, observó en la mirada triste de Keira un sentimiento mas allá de la amistad, sentimiento que la princesa arrastraría por mucho tiempo.

Quédate conmigo | Loki LaufeysonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora