Perder el control | 1.5

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Asgard,
14 años de edad

Keira y Thor practicaban con lanzas de madera. Ese día Keira no había encontrado a Loki por ninguna parte así que no le quedó más opción que unirse a la práctica del Dios de trueno.

Thor lanzó un golpe pero Keira sostuvo su lanza horizontalmente para bloquear el movimiento. En el transcurso de la batalla entablaban una conversación.

—Cuando sea Rey mandaré a quemar todas las lanzas en Asgard, no son peligrosas, son una pérdida de tiempo.

A Keira le molestaba un poco lo vanidoso que Thor podía llegar a ser y por más que se lo comentaba, Thor no daba señales de cambiar.

—No saques conclusiones prematuras, Thor.

Las lanzas chocaban una contra otra, hasta ese momento ninguno de los dos había logrado dar un golpe al otro.

—¡Claro que seré el rey! Soy el favorito.

Keira se detuvo para contemplar con furia al chico.

—Loki puede ascender al trono, está tan preparado como tú. No celebres antes de que la guerra termine.

—Lo sé muy bien. Adoro a mi hermano pero yo soy un mejor guerrero y es justo lo que Asgard necesita ahora. Ellos me aclaman, se arrodillan frente a mi.

La ira en Keira subía, sus manos apretaron la lanza con tal vez demasiada fuerza. No le agrada el tono del principe.

—Escucha las palabras necias que profetizas. Asgard tiene los guerreros suficientes, Asgard necesita un líder, un conocedor, alguien que no tenga una venda de vanidad y orgullo sobre los ojos.

El Dios reaccionó ante la ofensa de la chica, lanzó un golpe que Keira apenas pudo contener, lanzó otro y otro, hasta que un último golpeó la mejilla de la princesa.

Keira se irguió con elegancia y acomodó su cabello que antes se encontraba desordenado por tremendo golpe.

—Eres un salvaje que reacciona bruscamente ante la mínima provocación, ¿y así quieres ser Rey?

Thor la miró con ira, —No escucharé consejos de quien perdió el derecho al trono en su última batalla. ¿Crees que porque ganes los próximos torneos del heredero la gente olvidará tu derrota? No eres nada, Keira Konnorson.

El rubio tiró su lanza al suelo y se dio la vuelta satisfecho de sus palabras. Por otro lado, Keira intentaba contener su furia.

Sus guardaespaldas se pusieron alertas.

Keira apretó su lanza con fuerza, quería que Thor se arrepintiera de sus palabras. El enojo pudo más, la chica gritó al tiempo que giraba su lanza, dio un gran salto con intensiones de que al golpear el suelo con la lanza su poder se desataría.

—Princesa Keira, ¡no!

Thor se dio la vuelta, todo pasó en cámara lenta. Observó con detalle cómo de las manos de una de las guardias salía hielo, y en un abrir y cerrar de ojos, la princesa yacía congelada a pocos milímetros de tocar el suelo con su lanza, a pocos milímetros de desatar un poder que aún no controlaba.

Quédate conmigo | Loki LaufeysonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora