Quédate conmigo | Loki Laufeyson

Midgard | 3.0

Wylfgard

La reunión con los caza-guardianes ya había comenzado cuando Keira entró a la sala furiosa. La liga mayor de los caza-guardianes estaban sentados alrededor de una mesa redonda.

—¿Qué es lo que está pasando y por qué lo categorizaron como urgente?

De la sala de reunión, Conrad, el Segundo guerrero más fuerte resultante del Torneo del Heredero, fue el primero en levantarse para dar la noticia. Keira llegó hasta la cabecera de la mesa pero no se sentó.

—Los guardianes. Hay un punto de coincidencia en Midgard justo ahora.

—Sé más específico, Conrad, ¿Dónde?

—Estados Unidos, Nueva York, Salem Central, condado de Westchester.

El rostro de Keira se tensó. No tenía tiempo qué perder con falsas alarmas.

—¿Y qué rayos hay de especial ahí? ¿Por que sería ahí donde Asterion está?

Otra caza-guardián, Filjï se levantó para hablar.

—De acuerdo a nuestra investigación, los humanos tienen una especie de guarida para inhumanos o mutantes disfrazada de una escuela para jóvenes con talentos especiales.

—¿Creen que Asterion pueda estar disfrazándose de uno de ellos? —preguntó Keira.

—No necesariamente —dijo Conrad—. Puede estar contactandolos para protegerse. Si hubiera estado ahí con anterioridad, habríamos tenido alertas mucho antes.

—¿Y por qué ahora?

—No sabemos —respondió otro caza-guardian—. Los caza-guardianes encargados de esa área ya están acorralando el lugar para que Asterion no salga, si es que está ahí. Sólo  necesitamos la orden de intervenir. Enterar a Midgard, y más a estos mutantes, de nuestra existencia, podría resultar peligroso y no habría vuelta atrás.

Era una gran decisión. Midgard no era para nada peligroso, pero enterar a este mundo sobre su existencia podría causar pánico o revuelo. Pero era verdad que necesitaban encontrar a los guardianes para salvar a Wylfgard.

Finalmente Keira asintió a favor de la intervención en Midgard.

Conrad y Filjï asintieron y dieron la orden de retirarse. Cuando todos abandonaron la sala, Keira se dirigió a Conrad.

—Me mantienes completamente informada. Tengo otros problemas por resolver aquí.

Conrad se detuvo y miró a Keira.

—¿Pasa algo grave?

—Justo ahora, inicia una guerra en Asgard.

Conrad no quiso parecer preocupado. Mantuvo su postura y prometió cumplir su cometido como caza-guardián.

—¿Me necesitas aquí?

—Te necesito en Midgard. Quiero a ese guardián, sólo así conseguimos a los otros dos. Me reuniré con ustedes en Midgard cuando tengan a Asterion.

Conrad asintió, se inclinó ante Keira, su reina, y se retiró apurado. Una vez que se fue, Keira se preparó para enfrentarse a Loki por traición.