Gigantes de hielo | 2.4

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Maratón 1/3
(Subiré los capítulos con algunas horas
de diferencia porque ya me di cuenta que
leen el último cap que subo y no los
anteriores. Disculpen la tardanza 🌚)

Asgard,
20 años de edad

El día había llegado, y Keira ya estaba lista.

Peinado de guerra perfecto: dos grandes trenzas unidas alrededor de su cráneo formaban una diadema de cabello cobrizo natural, con una corona de welfyo puro, el metal más precioso y poderoso que Wylfward poseía. A esa corona le sería pronto agregada dos alas a los lados, justo como el casco de Thor.

Vestido de novia/guerrera: corset, brazaletes y botas de welfyo con diamantes asgardianos incrustados, tela gruesa color oro, reluciente en oscuridad, segador a la luz del sol. Capa roja, símbolo de convergencia al próximo rey de Asgard, Thor.

Keira alisó la falda del vestido con nerviosismo mientras hacía lo mismo que los demás, esperar por el principe y futuro Rey.

Los gritos emergieron desde lo lejos hasta llegar al trono, sabían que Thor ya estaba cerca y en camino; pero no era eso por lo que estaba nerviosa, estaba nerviosa porque esa día se convertiría en esposa de un Dios a quien no amaba. No había vuelta atrás porque no había ninguna salida.

Matrimonio o guerra.

Y entonces Thor apareció por la gran puerta, recibiendo con gusto la aclamación del publico Asgard y Wylfgardiano.

Atravesó el salón siguiendo el camino que marcaba la alfombra roja, dejó su martillo en el suelo y se arrodilló frente a Odín.

Keira intentó concentrarse en las palabras llenas de goce de Odín, donde entregaba el poder y liderazgo a Thor y lo proclamaba Rey, pero era difícil no pensar en el futuro que le esperaba.

—¡Lo juro! —gritó Thor con martillo en mano, con ello, Keira abrió los ojos y escapó de sus propios pensamientos.

Odín se aclaró la garganta, —Juras...

Todo pasó muy rápido.

Konnor, su padre, tomó su brazo con fuerza al tiempo que Odín detuvo su discurso y advirtió de los gigantes de hielo.

Odín, Thor y Loki tomaron dirección hacia la bóveda mientras Konnor y Keira se adentraron en el palacio. Konnor condujo a su hija hasta una habitación y cerró la puerta detrás de él.

—¿Por qué nos escondemos? —preguntó Keira con impaciencia—. Solo son gigantes de hielo, hasta Thor podría con ellos.

Su padre se giró y le dio la cara, su rostro parecía tener las arrugas mas profundas como si hubiera envejecido 300 años en un minuto, sus ojos comenzaron a aguarse y su cuerpo a temblar ligeramente.

Keira se quedó sin palabras, la última vez que lo vio así fue en el funeral de su madre, al despedirse para siempre del amor de su vida.

—¿Padre? —lo nombró con un hilo de voz, se acercó a él para tomar sus manos, pues parecía que caería al suelo pronto si no lo sostenían—. ¿Qué sucede?

—Aún puedes salir de esta.

Keira no comprendió, —¿De qué hablas?

—Te digo que hay una salida —explicó brevemente—, para no casarte con Thor.

Quédate conmigo | Loki LaufeysonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora