Una decisión | 2.6

7K 691 10
                                    

Maratón 3/3

Asgard,
20 años de edad.

Keira entró en pánico.

Desde pequeña aprendió por medio de los libros a respetar el poder del Fenestram. El Fenestram era un casco forjado con welfyo con un increíble poder, tanto como para asegurar siglos de seguridad y gloria para el pueblo.

Era básicamente la única protección de Wylfgard.

Leía que en la antigüedad, el rey solía vestir el casco todo el tiempo, hasta que se decidió que lo más justo era resguardarlo para que ninguno abusara de su poder.

Y justamente, para resguardarlo, se crearon a los guardianes por medio del poder del mismo Fenestram.

—Si la reina reacciona así, ¿como esperas que lo haga el pueblo? —comentó Konnor.

—No te atrevas a juzgarme que eres el menos indicado. Le mientes a tu pueblo —señaló Keira sin compasión—. ¿Y lo guardianes? ¿Qué es lo que pasó? Y por favor, ya no mientas.

—Ya no más mentiras, Keira, pero deberás prometer guardar el secreto. Wylfgard no puede saber lo que pasa, habría caos, guerra civiles.

—¿Quieres que sea parte de esta mentira? ¡El pueblo tiene derecho a saber!

Konnor golpeó una mesa con fuerza, —¡El pueblo tiene derecho a estar seguro! ¡Y tú no tienes derecho a desafiar al consejo, a los caza-guardianes y al mismo rey!

Keira se quedó helada. Ni en su peor travesura había visto a su padre tan furioso.

—Keira, si llegas a mencionar una sola palabra no podré protegerte que tu destino. Casarte a la fuerza será un prado de wyldegarns a comparación de lo que te esperará.

—No lo creo —susurro Keira, luego encaro a su padre y alzó la voz—. Madre jamás habría sido parte de esto. ¡Ella no estaría de acuerdo!

—¡No lo estuvo y mira lo que le pasó!

Keira se tambaleó, estuvo por caer de espaldas. De un segundo a otro, su enojo se convirtió en una gran tristeza que le presionaba el corazón.

—Ella no lo sabía, lo descubrió —explicó Konnor—. Intentó advertir al pueblo pero se lo dijo a la persona equivocada, y ahora ya no está con nosotros. Hija, guardar este gran secreto no ha sido fácil para mi y lo he hecho para mantenerte segura, para que no corras con la misma suerte que tu madre. Antes de rey, soy padre. Y porque soy tu padre ahora te lo digo para que tomes una decisión.

Hasta ese momento, Keira estuvo en completo silencio.

—¿Qué decisión hay que tomar? —murmuró reflejando la tristeza que sentía—. Si yo soy la wylfgardiana más fuerte entonces mi deber sería convertirme en un caza-guardián. ¿Qué podría ofrecer a Wylfgard siendo solamente una reina?

—Tiempo —Keira miró a su padre sin comprender. El le explicó—: La decisión que tomes será benéfica para Wylfgard. Si eres caza-guardián puede que seas capaz de encontrar más pronto el Fenestram o puede que no, si eres reina le darás más tiempo de vida al pueblo con la ayuda que brindará Asgard; mientras, los caza-guardianes harán su deber.

—¿Y cuál es exactamente el deber de un caza-guardián? —preguntó Keira.

—La realidad no es como en tus libros de texto, hija...

Konnor explicó a Keira con detalle el lío en el que Wylfgard estaba metido y cómo mucho de lo que creía saber era mentira.

Finalmente, Keira tenía una decisión qué tomar, y la tenía que tomar ya, porque si decidía no ser reina, debían cancelar la boda lo más pronto posible.

—Y entonces, ¿qué decides?

Quédate conmigo | Loki LaufeysonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora