Por favor | 1.8

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Asgard,
16 años de edad

No importaba cuanto se repitiera que ella no necesitaba de nadie para ser feliz, no podía evitar pensar en una vida sin haber experimentado el amor de pareja.

Temía no encontrar a alguien.

Sus pensamientos giraban entorno a eso, no se concentró lo suficiente. De un momento a otro estaba en el suelo con Thor apuntándole con una espada.

Keira simplemente desvió la dirección de la espada y se puso de pie. Pidió una disculpa a Thor y se retiró. Loki se encontraba cerca, alzó la mirada de su libro y vio a la chica salir con el semblante serio. Fue tras ella.

—¿Pasa algo malo, Keira? —preguntó.

—No, ten calma —suspiró sin mirarlo—. Solo necesito aire.

Siguió caminando hasta salir del palacio. Loki debatió entre acompañarla o darle espacio, finalmente decidió ir.

Le fue difícil dar con ella entre el laberinto de florales y pastizales del jardín, pero lo consiguió. Estaba sentada en una banca y el tomó asiento junto.

—Lo que sea sabes que puedes hablar conmigo. No le diré nada a Thor si lo quieres así.

Keira supo que Loki aún pensaba que seguía enamorada de él, aunque en realidad ya no era así. No le molestaron sus palabras.

Quedaron en silencio hasta que Keira se animó a hablar de sus inseguridades:

—¿Conoces el amor? —La pregunta le tomó por sorpresa—. Me refiero a un romance, no el amor de familia. ¿Alguna vez amaste a alguien? O amas a alguien.

—¿A qué viene esa pregunta?

—Dijiste que podría hablar contigo si lo necesitaba.

Loki asintió confirmando lo dicho, pero luego negó con la cabeza.

—No, no lo creo —respondió la pregunta de Keira—. Amar a quien no es tu familia es difícil. Siempre me ha costado confiar en las personas. Nunca sabes cuando te pueden traicionar.

—¿Tu confías en mi?

Loki no la miró, miró a la nada. Keira no necesitaba una respuesta con palabras, ya lo sabía, y lo comprendía.

—Yo si confió en ti —dijo, al ver a Loki quedarse sin voz. Suspiró profundamente y jugó con sus manos, comenzaba a sentirse mal—. Por eso te quiero pedir un favor.

Él asintió, —Dime.

Le dolía dejarse ver débil, pero en parte sabía que estaba siendo valiente. Consiente de que lagrimeaba, conectó la mirada con Loki. Tomó sus manos y dijo: ¿Podrías besarme?

Loki parpadeó mil y un veces, ¿el aire escaseó o es que él había dejado de respirar?

—¿Perdón?

—Tal parece que no soy del gusto de muchos —explicó, y entre más avanzaba con el discurso, su voz más flaqueaba—. Le temo a muchas cosas, temo nunca dar un beso y temo nunca encontrar el amor. Y si ese es mi destino lo acepto, pero si quiero dar aunque sea un beso. Me gustaría que fuera con alguien a quien aprecio.

—Keira... —Loki no sabía qué decir, quería decirle tantas cosas, animarle, apoyarle, aconsejarle, pero nada salía. Loki se quebró cuando Keira apretó aún más sus manos y con lo poco de voz que le quedaba dijo: Por favor.

Fue que dejó libre una de sus manos para tomar suavemente el rostro de Keira y acercarlo a él. Fue lento, sintieron cómo sus respiraciones bailaban a ritmo, escucharon el ligero sonido que hacen los labios al deslizarse, acariciaron sus pieles. Fue lento pero no duró mucho. Duró lo suficiente. Se separaron sin prisa y miraron intentado descifrar lo que el otro pensaba.

Keira sonrió y susurró un casi inaudible "gracias" antes de ponerse de pie y caminar de nuevo al palacio.

Quédate conmigo | Loki LaufeysonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora