Piloto | 0.8

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Asgard

Los ojos de Keira miraban Asgard con curiosidad.

A los seis años logró convencer a su padre de acompañarlo en una de sus visitas a ese grandioso mundo.

Nada le emocionaba más que las historias que su padre le solía contar en las noches sobre Asgard, sobre el gran Odín, padre de todos. Por eso, cuando al entrar a la sala del trono y enfocar su silueta, sus pupilas brillaron más que mil estrellas.

Keira soltó la mano de su padre y corrió hasta los pies del trono de Odín y Frigga.

Su boca se abrió ante el asombro. Se apresuró a tomar algo de su bolso y cuando lo tuvo en sus manos, se inclinó cabizbaja y le tendió la espada que ella misma había fabricado a base de madera.

El temblor de sus manos pequeñas o la humildad de la ofrenda hicieron sonreír a Odín. El Padre de todos se tomó la molestia de levantarse y tomar el obsequio.

Keira se levantó, hizo una reverencia y corrió junto a su padre.

—Es un niña muy talentosa, Konnor, te felicito amigo mío —dijo Odín observando el arma tallada.

Konnor, el padre de Keira, palmeó el hombro de su hija y río ante el comentario de su viejo amigo.

—Mis hijos se encuentran en la sala contigua nena, ¿Por qué no vas a jugar con ellos? —ofreció Odín mirando a la niña, luego enfocó a su amigo y agregó:— Mientras, tu padre y yo hablamos de negocios.

La niña asintió. Una criada le tendió la mano para guiarla, ella la tomó y caminaron juntas.

—¡Compórtate cariño! —aconsejó su padre antes de su partida.

—¡No temas Konnor! Ella está en buenas manos y mis muchachos saben cómo defenderse, sé lo peligrosos que pueden ser los Wylfgardianos. No te ofendas amigo.

—No me ofendo Odín —respondió él.

—¿Cómo se encuentra Wylfgard? ¿Han podido controlar a los rebeldes? —Odín caminó hasta Konnor y lo guió por el jardín de su palacio. Pero antes le avisó a su reina—. Konnor y yo daremos un paseo, no tardaremos Frigga.

Ella asintió.

—Nos vemos Frigga —se despidió Konnor y siguió a Odín—. Te quedaste en el pasado amigo, los rebeldes fueron destruidos hace meses. Wylfgard está saludable. El torneo del heredero será pronto, pero mi hija tiene las de ganar.

—No me cabe duda —halagó el Dios—. Es nada menos que la primogénita de Konnor y Delza, esa niña está destinada a grandes cosas.

—Tal vez demasiadas...

...

He ahí el primer vistazo de este nuevo
proyecto. Ustedes saben que adoro
escribir con una trama de aventura
y no puro romance.

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Quédate conmigo | Loki LaufeysonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora