Capítulo 6

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-Aqui esta su pedido-una voz nos interrumpe.

Escucho como breth gruñe.

-No pudiste venir en otro momento?-dice el molesto, su ceño estaba fruncido y creo que peor no podía mirar a la chica.

-Ya breth.-me alejo de el y le sonrio a la chica amablemente, no podía ser descortez-muchas gracias.-le digo con la mejor de mis sonrisas, ella me la devuelve y se va.

Casi lo bese dios, y creo que la llegada de esa chica es una señal para no hacerlo... me hace saber que todo esto está mal, todo.... trato de calmar mis nervios que están por las nubes y concentrarme porque como era posible que me encontrara tan inestable en este momento, por que toda intención de decirle a breth que se aleje... se han ido, todas y no puedo permitir caer.

-Ni creas que esto se va a quedar asi.-dice el mirándome serio, si no fuese por la tensión que tenemos podría tomarlo como amenaza.

Tomo un trozo de pollo y lo meto a mi boca, esta delicioso, cierro mis ojos y me deleitó... tenía ya mucho tiempo sin comer esta delicia frita, digo yo cuido mucho mi figura, Abro mis ojos y breth mira... tiene las pupilas dilatadas, su mirada es intensa y parece deleitarse con la expresión de placer de mi rostro.

Aclaro mi garganta, y el hace puños sus manos encima de la mesa y apreta sus dientes dando a notar el músculo de su mandíbula, se hecha hacia atrás y muerde una papita.

-maravillosa vista.-dice el y a ser por su expresión, mi cara debió de parecer orgásmica y justo en ese momento me invadió mucha pena.

Comemos en silencio hasta que yo termino mi segundo pedazo de pollo, y el ya va por el quinto trozo... como come tanto y no engorda, simplemente eso no pasa conmigo, la mayoría de los hombre son un hoyo negro.

-Te quiero para mi.-dice el sin rodeos y me atragantó con el baso de coca, mierda.

-Que...-digo con dificultad y tosiendo un poco, digo no a cualquiera le dicen eso de repente.

-Lo que escuchaste.-dice el lo más relajado del mundo pero a la vez en el tono de su voz hay seriedad y desicion.

-Ya te dije lo que yo pensaba, y eso no va a cambiar... tu estas loco. -definitivamente aquí la loca era yo Y no precisamente mental.

-Sino fuese por la mesera, esos labios ya fueran mios, marcella.-dice el poniendo los codos sobre la mesa y yo me tenso.

-No iba a dejar que pasará.-le dije y el rie acercándose a mi, es obvio que estoy mintiendo por dios.

Cualquiera podría decir que estaba loca por besarlo en ese momento y yo no iba a parar.

-No creo.-dice el con una gran sonrisa porque lo sabe, sabe que me tiene.

Yo me alejo y casi tengo que ir al otro extremo para evitar nuestro contacto.

-Basta ya, yo no puedo estar con un niño como tú, jamás me lo permitíre.-le dije y el frunce su seño... mucho, creo que se molesto y mucho.

-Es por mi edad?-dice el-te aseguro que podría hacerte muchas cosas que los hombres mayores que te gustan no pueden.-dice el y mi vientre se contrae, que no siga hablando por dios va a matar me.

Un momento... estoy caliente? Esto no puede ser.

-Ya callate....-le dije recta y algo seria.

-Podria llevate a mi casa en este momento y hacerte tocar el cielo si quiero... -dice el y lo miro mal.

Trato de disimular que estoy en desacuerdo con lo que dijo ya que eso me pareció muy caliente y exigente.

-ya... ya... llevame a mi empresa.-me levanto y cojo camino hacia afuera.

Joven Tormento©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora