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— Amaya— la desconecto de todos los aparatos.

— Sácame de aquí— dice agitada—. ¡Sácame!

— Sí mi amor, eso haré— la tomo entré mis brazos y me dirigí a salir de allí.

Gema sale detrás de nosotros con un poco de dificultad.

No sé cómo pudimos salir de allí sin que nadie se diera cuenta. Las llevé a las dos rápidamente a la clínica para que las atendieran.

Mientras esperaba perdí la vergüenza y llamé a Bryan.

— ¿Bueno?— Bryan responde al teléfono.

— Soy yo Richard, ¿qué de ti?

— Echado a perder, ya no tengo mas esperanza, de veras la he perdido. Me he cansado de buscar a mí hermana y a Amaya y nada— dice en tono triste.

— No te preocupes más. Ya las he encontrado— le digo.

— ¿En serio?— ríe—. ¿Y cómo?

— Ven para la clínica que está cerca de mi casa y ahí te cuento todo. Y apurate rápido porque tu hermana está a punto de dar a luz.

— De acuerdo.

Colgué el teléfono y llamé a Matt.

— ¿Y ahora qué demonios se te ofrece Richard?— Matt toma el teléfono enojado.

— Encontré a tu hija— le dije emocionado, sabía que Matt se iba a poner bien contento con la noticia.

— ¡Santa madre que me parió! ¿Dónde?

— Logré entrar al lugar donde te dije que había encontrado y resulta que sí, la tenían a Amaya y a Gema también, la hermana de Bryan.

— ¡Santo cielo! Yo sabía Richard que la ibas a encontrar aunque no te lo haya dicho. Tenía miedo de decirte que eres bueno para eso y se te subiera a la cabeza y te afectara. Tenía miedo de que te pasara algo.

— No me pasó nada y tampoco va a pasarme y menos a las chicas. Las cuidaré con mi vida... ¿Me puedes hacer un favor? Puedes venir a recogernos, Amaya necesita está estar tranquila en casa.

— Iré en seguida.

Entré a la habitación en donde estaba Amaya. Me senté en la cama a su lado. Ella sintió que estaba allí y aunque tenía los ojos cerrados me tomó de la mano.

— Gracias por rescatarme Richi— me sonríe y abre los ojos hasta quedarnos mirándonos fijos—. Pensaba que te ibas a rendir a la primera.

— Yo jamás me rendiría. Yo mismo me prometí rescatarte aunque sufrí mucho porque me sentía un inexperto. Bryan estaba buscando a Gema y me uní a él para buscarte también. Bryan se tuvo que alejar de mí porque no hacía nada, y se fue a buscarlas quien sabe donde. Y resulta que el que terminó encontrandolas, fui yo.

— Eres muy valiente mi amor— toma mi mano y la pone en su panza—. Tengo 7 meses.

— Vas a ser una madrasa— le doy un beso a la panza.

— Vamos a tener un varón— una lágrima cae por sus mejillas—. ¡Es varón!

— ¡Varón!— sonrío—. Ojalá y no salga tan pendejo como yo.

— No eres pendejo mi amor. Eres el hombre más valiente que he visto, sin saber nada te arriesgaste por mí, que si hubieses sido otro te hubieras olvidado de mí y haber pensado que ya estaba muerta, pero no te rendiste sino que no te importó ni tu vida para salvarnos.

— Es que te amo Amaya y nunca te dejaré de amar aunque venga otra y mucho menos iba a dejar que le hicieran daño a otro hijito.

— ¡Richard! ¿Acaso tu estuviste con otra chica?— me pone cara de asesina, eso si que no había cambiado.

Criminal |Richard Camacho| (2MO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora