Ambos estábamos esposados al estrado, frente a toda la audiencia, el juez y el juzgado. No dejaba de sostener su mano desde que entramos aquí, comenzaba a odiar la manera en que su mano temblaba entre la mía; podía notar en sus ojos el miedo, aunque tuviera esa expresión siempre estoica en su rostro.
— Cómo hemos recibido toda la evidencia de los crímenes de los cuales se les acusa a ambos— dijo el juez—, procederé a dictar su sentencia luego de que el juzgado delibere acerca de su condición.
— No es necesario deliberar, Su Señoría— el hombre que ocupaba el primer asiento de ese grupo de personas se levantó con un papel entre sus manos y ya tenía en mente lo que iba decir—. El juzgado los declara a ambos culpables.
Amaya apretó mi mano, no dijimos nada y dejamos que continuaran con la sentencia:
— Comencemos con la Señora— el juez ordenó unas carpetas—. Amaya Carberg de Camacho, se le acusa de delitos menores como robo, asalto a mano armada e intromisión a propiedad privada; delitos en segundo grado, herida de arma blanca; delitos graves como tráfico de drogas y armas.
La audiencia resonaba por todas las acusaciones, pero el juez no había terminado:
— ¡Orden en la sala!— exclamó golpeando el maso contra la tablilla—. Se le acusa además de los asesinatos de Victoria Carberg, Reimy Clayderman y otros enlistados— el hombre suspiró—, también del secuestro del señor Richard Camacho.
Vi una leve sonrisa en el rostro de Amaya, creo que es de lo único que se siente orgullosa de haber hecho.
— Richard Camacho— puse atención—, se le acusa del asesinato de Angela Stone, también del asesinato premeditado y en conjunto del señor Pedro Park. Con esto daré a conocer la sentencia de cada uno.
Suspiré profundo cuando el hombre se levantó de su asiento:
— Amaya Carberg, se le condena por sus crímenes a ciento cinco años de cárcel, lo que conlleva directamente a la cadena perpetúa y a una petición de muerte en la silla eléctrica.
Mi sangre se heló cuando dijo esas palabras. Quise decir algo, pero Amaya me clavó las uñas para que siguiera en silencio:
— Richard Camacho, se le condena a sesenta años de cárcel por asesinato y complicidad en asalto a mano armada e invasión de propiedad privada, lo que aumenta su pena a ochenta años, que conlleva a cadena perpetúa.
Luego de eso, nos encerraron a ambos en las celdas de la comisaría. Las rejas nos separaban pero nos encontrábamos sentados uno a espaldas del otro, sostuve su mano todo ese tiempo:
— No voy a dejar que te hagan daño— susurré—, voy a sacarte de aquí y nos iremos lejos...
— Amor, está bien— se giró hacia mi.
— Sabes que no lo está— intenté contener mi ira—, el hijo de puta que pidió tu ejecución me las pagará y muy caro.
— ¡Richard basta! Escúchame, por favor— suspiró—. Aunque nos separen, aunque me obliguen a olvidarte, ¡no lo haré! No tengo miedo porque sé que estaré junto a ti para siempre.
— ¿Te estás despidiendo?
— No, bobo— rió—. Esto sólo es un hasta luego, porque ni el infierno podrá separarnos.
— Promételo, Amaya— apreté la mano en la que tenía el anillo que demostraba que era mi esposa, brillaba por la luz en conjunto con el mío.
— Te lo prometo mi querido objetivo— besó mi frente entre las rejas—, mi criminal— besó mi mejilla—, mi esposo.
Besó mis labios por un corto período de tiempo, hasta que entraron los guardias a llevarnos a los autobuses:
— Mi Richard— dijo dejando una caricia en mi mejilla.
Nos esposaron y llevaron por los pasillos, Matt y Bryan les dictaron condenas peores que las de Amaya, por lo que irían a una cárcel de máxima seguridad junto conmigo, donde los pondrían en aislamiento.
En el momento en que nos separaron mi corazón latió de forma horrible, sentía que me arrancaban un gran pedazo del alma. Llegué a sentirme igual que en el momento en que me enteré de su secuestro, o peor.
Amaya, te juro que volveré por ti.
![](https://img.wattpad.com/cover/102987956-288-k597225.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Criminal |Richard Camacho| (2MO)
FanfictionSegundo libro de Mi Objetivo. Amaya ha sido secuestrada por Angela Stone, una chica invisible. Richard está dispuesto a encontrarla sea como sea, incluso hasta convertirse en un criminal. Portada: Gozzlie.