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— ¿Qué estás diciendo Sabaneth?— me quedo atónito ante su propuesta.

— Olvidalo, fue una estupidez mía, no vine a eso en realidad— se pone nerviosa.

— ¿A qué viniste exactamente?

— A agradecerte por lo que hiciste por mí y a devolverte la ropa de tu novia. Gracias Richard, haz resultado ser buena persona.

— ¿Me hacías de otra manera?— noto que se pone aún más nerviosa pero estoy seguro que lo hacía para tapar algo más.

— No Richard, es solo qué... Soy un poco desconfiada nada más.

— Ah bueno, no parece que eres así; viniste a mi casa, te duchaste aquí, usas ropa de mi novia, hace un rato me hablaste como si quisieras algo más, ¿y aún desconfías?

— Ya sabes como somos las mujeres, ¿acaso tu novia no es así?

— No, mi novia siempre ha estado en sus cabales— le digo cortante.

— ¿Me estás diciendo descerebrada?- hace un gesto extraño con el rostro, actuando como si no fuera la Sabaneth que conocí hace rato.

— Tómalo como quieras. Siento que me estás ocultando muchas cosas, y eso me molesta.

— Yo no soy una delincuente si eso es lo que piensas.

— No he dicho que lo eres, ¿acaso sí lo eres?

— Me molesta que actúen así conmigo Richard.

— Mi novia está a punto de llegar, y no le gustaría nada ver a otra chica hablando conmigo.

— Ya me iba— pone cara de molesta—. Gracias por echarme así de tu casa.

— Cuídate— cierro la puerta detrás de mí.

— ¿Esa chica quién era?— Matt se queda pensando.

— Una chica que conocí ésta mañana y la ayudé, es algo despistada ya sabes.

— ¿Por qué le mentiste con lo de Amaya?

— Nadie tiene porqué enterarse de lo que ha pasado y menos hacérselo saber a una desconocida. No podemos confiar en nadie Matt.

— Tienes razón— sigue pensando por un buen rato—. Tal vez Cristian sepa en el lugar donde esté Amaya, hace meses que no sé nada de él, pero podemos llamarlo y rastrearlo, lo buscamos y lo obligamos a que nos diga como pasar el muro.

— No me gustaría volver a hablarle a ese hombre.

— Es una buena opción Richard. Intentemos, vamos llamalo.

Tomo el teléfono y pienso en llamar a ese hombre, no tenía deseo de llamarlo, de escuchar su voz, no quería escuchar a esa persona que había hecho sufrir tanto a Amaya.

— Ponlo en alta voz— Matt me dice.

Tomo el teléfono y empiezo a marcar a ese imbécil.

— Trata de que hable mucho para que tengamos tiempo de rastrearlo mejor— Matt me susurra.

Me pongo nervioso, suena y suena y aún no había cogido la llamada.

— ¿Richard?— Cristian toma el teléfono—. ¡Cuánto tiempo que no sabía de ti mi yerno querido!

— Eres un imbécil Cristian— me empiezo a alterar, siento como me bajan las lágrimas, odio a éste idiota que sufrir mucho a mi Amaya.

— ¿Llamaste para insultarme Richard? Qué falta de respeto a tu suegro.

— Tú no eres mi suegro, tu no eres el padre de Amaya, un padre jamás trataría a su hija como una bestia, la suerte que Amaya calló en mis brazos, porque la empecé a cuidar mejor que cuando estaba contigo.

— Contigo sufrió mucho que no sé olvide Richard, también fuiste un idiota Richard, ni cuidaste a Amaya como se lo merecía, y por eso cayó en mis manos y la pobre, le pasó lo que le tuvo que pasar.

— Lo poco que Amaya sufrió conmigo fue todo por culpa de ustedes por estar drogandome para que la tratara así, les daba mucha envidia a ustedes ver que Amaya ya era feliz con alguien como yo que buscaron la manera de hacerla sufrir tanto.

— El destino de Amaya ya estaba escrito así Richard. Tenía que sufrir lo suficiente para poder tener una muerta digna de merecimiento.

— Amaya no está muerta, yo lo sé.

— Que mal que sabes Richard. Nosotros le practicamos el aborto a Amaya, y matamos al tu hijo al frente de ella, luego dejamos que muriera de dolor y desangrandose.

Me llené totalmente de rabia, quería buscarlo, matarlo.

— No le hagas caso, siempre fue así de manipulador— Matt me dice tratando de calmarme un poco.

— No te creo nada imbécil. Amaya está viva, yo lo sé, y la voy a encontrar a ella y a nuestro bebé.

— Sigues equivocado Richard, creo que esta charla no sirve de nada si no vas a creer que Amaya y tu maldito hijo ya están muertos, hace dos meses acabé con ellos y ya a los dos los gusanos de los están comiendo bajo tierra.

— El que pronto va a estar bajo tierra y los gusanos comiéndose vas a ser tú, y te juro que el día en que te mate voy a ser el hombre más feliz.

— ¿Qué vas a ser Richard?— se ríe—. Si eres un estúpido cobarde.

— Para ésta nueva vida a la que me estoy dedicando soy muy cobarde, lo sé y lo admito. Pero yo juré ser un criminal aunque sea uno principiante que aún no sepa agarrar un arma, pero a uno de ustedes tengo que matar para que Amaya vuelva a estar aquí conmigo.

— Qué pendejo que eres, no dudaría en pensar que te estás juntando con Matt, piensan iguales, dos estúpidos juntos.

— Sí le llamas estupidez a lo que pienso hacer por amor, sí, soy un estúpido.

— Mira Richard, creo que esta charla no tiene ningún sentido— me cuelga.

— ¿Y?, ¿descifraste dónde está?— me siento al lado de Matt.

— Fue muy difícil al principio pero fue bastante claro ver donde está.

— ¿Dónde está?

— Cristian y Angela parecen estar bien aliados, él está con ella, del otro lado del muro.

†††

La foto de Matt en multimedia.

Criminal |Richard Camacho| (2MO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora