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— ¡Bryan, no tiene ningún sentido lo que estás diciendo!— le grito.

— Si lo tiene Richard, te estás olvidando de Amaya poco a poco, todos se darán cuenta de que lo estás haciendo y tú eres el único que no quieres verlo, que te estás olvidando de tu futura esposa, la futura madre de tu hijo que está desaparecida y no haces nada para rescatarla— me provoca.

— ¿Sabes qué Bryan? Si quieres irte, anda y vete.

— Ves que eres un idiota, te duele que te diga la verdad. Sabes que le estás fallando a Amaya y te pones a tirarle a ojo a una desconocida que nadie sabe quien es— toma sus pertenencia y sale de la casa.

Me echo en el sofá, no quería defraudarle a Amaya, pero al parecer si lo estaba haciendo. Pero he ido perdiendo la fe, por eso me he echado para atrás. Yo amo a Amaya, pero en dos meses es muy difícil que aparezca con vida y con nuestro bebé aún.

Me quedo dormido un buen rato hasta que las bocinas de un auto me levantan.

Salgo a ver quien puede ser. Matt estaba ahí, tenía cara de enojado, al parecer llevaba mucho tiempo allí.

— Disculpa— salgo y me acerco a dónde está él—. Me quedé dormido.

— Sé que estás bien dormido Richard— sale de su camioneta y se recuesta sobre ella—. Contraté a alguien para que me diera información sobre Angela— me pasa unos papeles.

— ¿Qué es esto?— miro y miro los papeles y no comprendo nada.

— Son unas coordenadas. Las pude interpretar más o menos como pude. Quise avisarte por si querías venir conmigo a ver donde está ubicada esa.

— Vamos— asiento. Me subo al copiloto de su camioneta.

El enciende su GPS, arranca a toda velocidad siguiendo las coordenadas.

Antes de que pudiera imaginarlo ya estábamos ahí. Era la calle sin salida que siempre me hace sentir algo cuando paso por allí.

— ¡Demonios!— Matt se baja del auto.

— Siempre tuve el presentimiento de algo con ésta calle— le digo.

— Hay que averiguar qué hay detrás de éste muro— dice—. ¡¿Por qué demonios se hará difícil encontrarla?!

Matt se había vuelto loco. Sacó un bate de su camioneta y empezó a pegarle a la pared. Siento que Matt tiene más deseo de encontrarla a Amaya que yo y eso no es normal.

— ¿Y si damos la vuelta a ver que hay detrás?— pregunto.

— No está mala la idea— suelta el bate—. Pero te juro que voy a derrumbar ese maldito muro. Amaya tiene que aparecer.

— Me siento un idiota Matt— digo—. No sirvo para nada, a mí novia no la he podido encontrar, no quiero ser pesimista pero ¿y si Amaya ya murió? ¡Entiendes! Ni confío en que la encontraré, y por eso Bryan se fue y siento que soy un estúpido por no ser igual que ella.

— Richard, no te consideres un estúpido. Tú no eres igual que Amaya, así que no te preocupes por eso. Ella te encontraba de una vez porque es una delincuente, sin embargo tú no eres más que un muchacho que solo sabe cantar y ya, no tienes idea de como manejar un arma.

— Soy un inservible Matt...

— Richard, tranquilo, yo estoy contigo en esto, así que no te puedes preocupar si no la vas a encontrar, porque la vamos a encontrar sí o sí. La vamos a encontrar matemos a quien matemos... Te lo prometo.

— Gracias— le sonrío y me termina dando un abrazo.

Subimos al auto para ir a ver que había del otro lado del muro. Unos autos se pusieron detrás de nosotros.

— No se atrevan a arrancar ni a sacar un arma— decía una encapuchada, por la voz me di cuenta que era un chica.

— Salgan del auto— dice otro encapuchado, juro que esa voz ya la había escuchado.

Matt y yo salimos con cuidado y las manos levantadas.

— ¿Qué pensaban que hacían?— el tipo volvió a hablar, de algún lado su voz me resulta conocida.

— Estos parecen que intentaban cruzar el muro, según veo descifraron las coordenadas— la chica tira el GPS al suelo y lo pisa.

— ¡Qué ridículos! Pensaron que iban a encontrar a la jefa. Nunca serán más astutos que ella.

— ¿Quién eres?— Matt le grita.

— ¿No me conocen?— se quita la capucha—. Hola— sonríe.

— ¿Jhon Taborda?

Criminal |Richard Camacho| (2MO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora