Capítulo 8: Penitencia & Venganza[3]

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Había una nueva víctima.
En la esquina del Laurel y cerca del teatro, yacía el cuerpo de una mujer.

Aún podía recordar la voz titubeante de Dylan en plena madrugada comunicándole el descubrimiento.

¿Quién era? ¿Una madre? ¿Una esposa? ¿La hija de alguien?
Eso era algo difícil de saber, por qué el asesino se aseguraba de eso.

El cuerpo estaba en la esquina de un callejón cubierto de periódicos. Según quien llamó el cuerpo tenía toda la noche, nadie le prestó atención porque se pensó que era un indigente.

Un guardia que terminaba su ronda fue quien descubrió el cuerpo. Apenas eran las cinco de la madrugada, la iluminación del callejón dependía de una pobre bombilla, pero aún así podía ver el cuerpo.

No tenía heridas visibles, pero por lo que podía ver a simple vista, le faltaban los ojos. Era muy joven, casi apenas saliendo de la adolescencia y si no fuera por las cuentas vacías podría decir que estaba durmiendo.

Dylan y un par de agentes más estaban tomando fotos. Ya pronto llegarían los forenses y se haría el levantamiento del cadáver. El inspector había sido el primero en llegar, poco después de él los investigadores del caso. Faltaba poco para que llegara la prensa y empezara el verdadero circo.
Sabía que la noticia del cuerpo opacaría la del ascenso.

¿Tenía que pensar que eso era una coincidencia? Parte de su trabajo le enseñó a no creer en las casualidades. Nada era a la zar y sabia eso. Había pistas y motivos detrás de que el asesino hubiese elegido ese momento.

Empezó a caminar por la escena, mirando los edificios que rodeaban el cuerpo. El callejón estaba oscuro, apostaba que por las noches nadie podría ver en esa dirección sin notar nada más que un bulto en el suelo. Solo había una entrada; así que el asesino debió pasar por la calle con el cadáver, eso si no a la mató en la misma escena, pero no había rastro de sangre.

Esas eran las hipótesis que andaban por su mente, pero no podría decir nada hasta que se hicieran las investigaciones del lugar.
Las cuáles estaban tardando demasiado, el inspector se preguntaba que estaban haciendo sus compañeros que no habían empezado a poner todo en orden, del tiempo que había ya se hubiese levantado el cadáver. Christopher solo estaba hay como un auxiliar y hasta el momento no tenía intención de cambiar eso.

Tomó la libreta que siempre llevaba en su chaqueta e hizo sus anotaciones. Se la daría a sus colegas. No iba a esperar recibir órdenes.
Había que buscar posibles testigos.
Buscar los antecedentes de la víctima.
Encontrar al asesino.
Nada de eso se va hacer mirando un cadáver.

Se dio cuenta de que la prensa había llegado. Pronto empezarían las fotos y las preguntas. El inspector salió de la escena dejando que los investigadores se hicieran cargo.

Era poco más de la seis, pero sabía que iba a necesitar un buen café para empezar el día.

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