Justine

Capítulo 16: El juego de la Reina [1]

¿Quiénes son los aliados
Y los traidores en ese juego?
Porque es eso,
un juego.
Pero, ¿Cuál es el fin?
...

—Inspector, ¿sabes por qué estás aquí? —había escuchado esa pregunta ya tres veces.

Christopher esperaba que si se quedaba en silencio al fin se lo dirían. Cruzó sus brazos y se encogió los hombros.
Sus anfitriones lo miraron y luego el capitán volvió hablar.

—Inspector Arias, le presento al inspector Thomas Calvajan y al inspector Wilton Morris de asuntos internos, estos caballeros tienen unas cuantas preguntas.

Christopher fingió inferencia. Aún así, le empezaba a escuchar  una pequeña voz que le decía que prestara atención. Estaba enojado, no le gustó el hecho de que varios agentes hubiesen ido a su casa a buscarlo con una orden como si fuera un criminal.
Admitía que parte era su culpa por desaparecer durante casi una semana, romper su teléfono y no responder a su puerta, sin embargo, ir con una orden era exagerado.

La situación en su casa no fue a peor porque uno de esos agentes eran Susan; quién prácticamente lo obligó a ducharse, vestirse e ir a la estación. Ella no le preguntó nada y aunque lo hubiese hecho, Christopher no hubiese respondido.

—Inspector —le llamó el capitán—. Estos hombres tienen unas preguntas para usted —volvió a escuchar, pero no dio ninguna respuesta.

Seguía escuchando esa voz más fuerte, ellos se encontraban en la oficina del capitán a puertas cerradas. El capitán había ordenado que nadie le interrumpiera.

—Inspector Arias —Empezó el inspector  Calvajan— ¿Cuál era la relación que usted tenía con la víctima?

«Víctima» Christopher empezaban a odiar esa palabra.

—¿A qué viene todo eso? —le preguntó a nadie en particular.

Todos se dieron una mirada, como si compartieran algo.

—Inspector —esta vez tomó la voz el supervisor— Nos podría decir por qué se fue a mitad de una escena y por qué fue tan difícil localizarlo en estos días

—¿Disculpa? ¿Desde cuándo debo dar explicaciones sobre mi vida? —arremetió.

—Christopher —le llamó el capitán en tono de advertencia, también le dio una elocuente mirada al supervisor.

—Inspector —volvió Calvajan a retomar la palabra—, es cierto que su vida personal no nos incumbe. Pero cuando el oficial encargado de un caso desaparece, es nuestro deber saber por qué no estaba haciendo su trabajo. Así que, tomando rumbo a nuestra pregunta inicial, ¿Cuál era la relación que tenía usted con la víctima?

«Era mi amante, tuve sexo con ella en cada superficie plana de mi casa, pasé momentos increíbles a su lado y no solo cuando la escuchaban gritar mi hombre, sino cuando sonreía, hablando, con el simple hecho de despertar a su lado. Dígame usted qué tipo de relación le parece»

Esa era la respuesta que quiso haber dado, incluso se imaginó diciendo cada palabra. Pero su sentido común hizo acto de presencia y opto ir con cuidado.

—Fui el encargado de su caso por el asalto a su casa, le di refugió en mi casa por un tiempo —iba a continuar, pero prefirió no dar más detalles.