Capítulo 9: Penitencia & Venganza [4]

224 20 4
                                    

En medio de la noche se escuchaban sus pasos silenciados por el susurro de las oraciones de los clérigos fieles. Los condenados que sus demonios no los dejaban dormir e iban a buscar consuelo.

«Aquí es donde estoy, la principal condenada. Pero mis demonios no me afectan. No, ellos viven conmigo».

Sin ninguna vacilación se dirigió al confesionario.

-Que Dios me perdone padre porque he pecado -el olor a incienso llenaba el aire, por la malla apenas podía ver el perfil del padre.

-¿Cuáles han sido las ofensas ante Dios mi niña? -cerró los ojos, hace tiempo que no escuchaba esa palabra.

-He mentido padre, manipulado y asesinado -respondió con sinceridad.

-¿Te arrepientes?

-No.

-No hay perdón en la tierra para personas como nosotros -la maya desapareció y Justine pudo ver a la perfección la figura del hermoso padre-. No has vendido por redención, ¿Qué es lo que quieres?

-Penitencia para los insolentes y venganza para los malvados -respondió sin preámbulos.

-¿Eso te convierte en buena? -le cuestiono-. El camino al infierno está pavimentado de buenas intenciones. Tú, Justine, estás haciendo el tuyo de caos y muerte.

-¿Me está dando un sermón padre?

-No -respondió con un suspiro-. Al menos me pudiste haber avisado del regalo de la misa.

-¿Para qué? La idea era el elemento sorpresa, además, tenía un objetivo.

-¿Y ese cuál era?

Justine solo lo miró por un largo tiempo.

-Lo sabrás a su debido momento -se limitó a responder.

-Justine, nunca te he cuestionado, pero...

-No empiece ahora -le interrumpió bruscamente- le diré en su debido momento.

-¿Cuándo? ¿Cuándo estés muerta? -preguntó alzando el tono-. Sé que nunca ha habido un hueso se sensato en ti, pero esto es demasiado.

-¿Me está cuestionando padre? -preguntó, aunque no había amenaza en su voz, era más bien diversión-. Yo podría pensar que me ama.

-Sabes que te amo, más que nada. Pero, esto es...

-Necesario -le volvió a interrumpir-. No he vendido a que me cuestioné. Quiero que tenga todo listo para el gran día.

El padre asintió de mala gana. Justine pasó su mano por la maya, el padre la tomo y la besó con devoción.

-Volveré, sabes que siempre lo hago. Este será mi renacimiento. Volveré en medio del fuego y este consumirá todo desde los cimientos. Esta cuidad necesita un mártir y eso le daré.

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
JustineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora