No tenía idea de cuántos minutos pasaron al lado de la bruja Uraraka, en la que le leyó fragmentos de ese extraño libro de cuero verde esmeralda, que hablaban de hechizos, contraconjuros y portales. Le dolía la cabeza, y cada vez que un nuevo concepto fantasioso surgía en la conversación, Izuku se preguntaba una y otra vez si aquello no sería un sueño.
Porque tenía que serlo ¿no? ¿Pociones, hechiceras y dragones? Esas cosas no eran de verdad, por mucho que él hubiese querido. Y, suponiendo que se tragaba lo de que estaba en un mundo paralelo, era demasiado pedirle que creyese en todo lo demás.
Pero la magia sí había sido cierta. Él vio a Uraraka usarla, como la piedra en su báculo que se encendía. Trataba de convencerse que seguro era un truco barato pero su corazón le suplicaba que desechase esas ideas, que se dejase ahogar por las extrañezas a su alrededor.
—Bueno, tengo una noticia buena y otra mala —dijo Uraraka tras cerrar el libro con fuerza, mientras empezaba a morderse la uña del dedo meñique.
—A estas alturas nada puede ser lo suficientemente malo... —suspiró Midoriya, que estaba agazapado en el suelo con las rodillas contra el pecho.
—Hay una manera de crear un portal que te lleve directo a tu dimensión, y por lo que sé, no se necesitan cosas muy complicadas para crearlo y cualquier hechicero podría hacerlo —dijo con una sonrisa nerviosa—. Si cooperas con el hechizo, puedo mandarte al lugar exacto que desees.
—¡Eso es genial! —exclamó Izuku sin darse cuenta, con una sonrisa que iluminaba su rostro. Pero el sombrío gesto de Uraraka le hacía darse cuenta que se emocionaba demasiado antes de tiempo.
—La mala es que no tengo el libro exacto que necesito para saber cómo es el ritual concreto.
La esperanza de Midoriya fue arrebatada de un plumazo. Sintió una punzada de algo parecido al miedo cerca de su corazón, pero no estaba dispuesto a dejar que el camino se le truncase tan pronto.
Se levantó con decisión, pisando las tablas de madera con fuerza, como si quisiese decir aquí estoy y no me rendiré.
—¿Dónde está ese libro? —preguntó con seriedad—. Iré a buscarlo, cueste lo que cueste.
Uraraka lo miró con horror.
—¡No tienes idea de lo que dices! ¡Es una misión suicida!
Pero si no regreso también sería un suicidio, pensó al ver el preocupado rostro de la chica. No solo para mí, sino también para este Izuku.
Apenas se dio cuenta que los puños delicados de la chica se apretaban contra su camisa. Con manos temblorosas, cubrió las de ella y trató de quitárselas de encima, pero terminó dándole unos nerviosos manotazos.
—Tengo qué —dijo resignado—. Además sería bueno para ti.
—¡Es que no sabes de lo que hablas! —volvió a exclamar ella—. Si de verdad eres un viajero, no sabes nada sobre Yuuei y los peligros que acechan fuera de las fronteras de las ciudades. La Isla Ignia. Las Montañas de los Espíritus del Fuego. La Ciudad de las Sombras. El Valle del Oráculo. Todos son lugares peligrosos, eso sin mencionar lugares como Hosu, la ciudad mercantil y la capital del crimen en el reino.
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De héroes y leyendas [TodoDeku/KiriBaku] - BNHA
FanfictionAU FANTASÍA. Existía una tierra mágica, llena de hechiceros y dragones, de reyes tiranos y príncipes rebeldes, de leyendas y aventuras heroicas. Un lugar tan hermoso como lo era aterrador, si sabías en donde entrometerte. Y luego estaba Midoriya, u...