Izuku siguió con porte firme a Tokoyami a través de aquel laberíntico pasadizo. Sus piernas amenazaban con flaquear a causa de los nervios, pero en ese momento no podía permitirse ser Izuku Midoriya.
Tenía que fingir ser el Príncipe Shouto.
Había sido una locura y posiblemente un suicidio. Él no tenía idea de nada acerca de Yuuei ni mucho menos sobre relaciones diplomáticas —si es que acaso esa podía ser una— y estaba metiéndose en la boca de un gigantesco lobo hambriento.
Tokoyami ni siquiera le dio una segunda mirada. Había asumido por completo que él era Todoroki incluso si su voz se escuchaba en un rango grave demasiado exagerado.
Hiperventiló silenciosamente varias veces. Balbuceaba para sí mismo, sin que la voz le saliese, todos los detalles que debía tener en cuenta para salir exitoso:
Mantenerse firme y estoico.
No hablar más de la cuenta.
No hacer nada impulsivo.
Esa última se le estaba dificultando un poco. Controlar los impulsos cuando Midoriya tenía un plan que lo convencía de que todo saldría bien era casi imposible.
—¿Se encuentra bien, Alteza? —preguntó Tokoyami y su voz salió en eco—. Ya casi llegamos. Chisaki ya sabe que está aquí y ha preparado una velada para usted.
—¿Cómo podría saber eso? —inquirió Izuku. Esperaba no lucir sorprendido—. Estuviste con nosotros todo el rato.
—No hay secretos por aquí. Las sombras son los mensajeros más veloces.
Vaya lugar encantador.
Izuku inhaló y exhaló varias veces, manteniendo todavía la distancia con Fumikage; no solo para que no le examinase con cuidado si no para que no notara la leve cojera de su pierna.
La herida ardía demasiado. Pero eso no le iba a detener.
El salón del Rey Chisaki era amplio y austero, casi sin decoraciones más que algunos trofeos de guerra en la pared —lo más destacable era una araña hecha de la misma roca que cubría las paredes del castillo, que brillaba con algún gas natural fosforescente, se alzaba por el techo—; solo tenía una larga mesa con sillas desplegadas a sus costados y un montón de platillos tapados con bandejas de plata.
También había jarras con líquidos de color oscuro que parecían ser vino. Izuku tragó saliva de pensar que podía ser tal vez otra cosa.
No pensaba probar un solo bocado de lo que le ofrecieran.
Observó cuidadosamente sin ser demasiado obvio. Daba rápidas miradas hacia cada rincón y posibles vías de escape —aquella por la que habían llegado y otro hueco que venía del lado opuesto— así como de la chimenea que brillaba con el mismo fuego púrpura de la entrada del castillo. Allí abajo estaba demasiado cálido ya que sentía que su rostro entero picaba con calor.
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De héroes y leyendas [TodoDeku/KiriBaku] - BNHA
FanfictionAU FANTASÍA. Existía una tierra mágica, llena de hechiceros y dragones, de reyes tiranos y príncipes rebeldes, de leyendas y aventuras heroicas. Un lugar tan hermoso como lo era aterrador, si sabías en donde entrometerte. Y luego estaba Midoriya, u...