Momo recibió a uno de los halcones del Castillo, que cargaba una carta del Rey Endeavor dirigida para ella misma.
Le ordenaba volver de inmediato sin chistar.
No había ninguna otra instrucción. No sabía para qué la requería Endeavor: si para hacerla cambiar de estrategia, encomendarle una nueva tarea o regañarla por su inutilidad de encontrar a Shouto.
Momo suspiró. No podía comentarle a Endeavor de sus planes y los de Kyoka de atrapar al príncipe con una trampa en donde yacía la espada de Toshinori.
La espada siempre fue un secreto guardado por las Valquirias, desde hacía más de cien años cuando Toshinori salvó a un grupo de prostitutas y mujeres pobres de ser ejecutadas por el rey de entonces, un viejo ancestro de los Todoroki.
Toshinori El Magnífico las salvó, y ellas, a cambio, juraron prestarle servicio en su heroica tarea y todas las que viniesen luego de la victoria al ataque en Yuuei. Aunque claro, no hubo más oportunidades después.
Él las aceptó y acogió —como sus iguales, sus guerreras—; las bautizó Valquirias, las hijas de un dios que ellas no conocían ni nunca conocieron. Pero para Toshinori aquel nombre tuvo sentido, y ser una Valquiria se convirtió en sinónimo de empoderamiento femenino y libertad de la cultura patriarcal de Yuuei.
Cuando Toshinori desapareció sin dejar rastro, las Valquirias casi se sintieron otra vez si rumbo; sin aquel hombre que las había salvado. Pero pronto entendieron que eso no era lo que Toshinori trató de hacerlas comprender cuando las liberó: ninguna de ellas necesitaba de un hombre para elegir lo que pasaría con sus destinos.
En algún punto de la historia fueron las mismas Valquirias las que se pusieron al servicio de la corona y la familia Todoroki. No había nada que ellas no harían por su rey, reina, príncipes y princesas. Clamaban un juramento en el momento en que sus brazos eran lo suficientemente fuertes como para alzar un arma y sus armaduras relucían antes de entrar a la guerra.
Pero claro —eso era lo que la familia real pensaba. Y había solo una cosa que ninguna Valquiria haría ni siquiera por el más benévolo de los monarcas.
Entregar la espada de Toshinori. El héroe que las salvó y les hizo abrir los ojos en que ellas también podían ser heroínas de sus propias historias.
Era un secreto que se pasaba de comandante en comandante, de madre a hija, de hermana a hermana. Cuando su tía partió antes de su última batalla, ella confió a una juvenil Momo el secreto de su paradero. Probablemente supiese que ahora ese peso recargaría sobre ella ya que nunca iba a volver.
Ahora solo Momo lo sabía. Bueno, Momo y Kyoka —pero que Kyoka lo supiera no era un peligro, ya que la muchacha era casi parte de la misma Momo. Su mano derecha y compañera en armas; la hermana que solo le daría la espalda para proteger la suya en batalla.
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De héroes y leyendas [TodoDeku/KiriBaku] - BNHA
FanfictionAU FANTASÍA. Existía una tierra mágica, llena de hechiceros y dragones, de reyes tiranos y príncipes rebeldes, de leyendas y aventuras heroicas. Un lugar tan hermoso como lo era aterrador, si sabías en donde entrometerte. Y luego estaba Midoriya, u...