De héroes y leyendas [TodoDeku/KiriBaku] - BNHA

Capítulo 40

Maratón 2/3

1- Atención para quienes no leen el manga: En este capítulo entra en escena un personaje que solo hemos visto en el manga hasta ahora. NO hay spoilers del manga. Y creo que tooodos se habrán topado con este personaje en algún momento debido a su fama ;)

2- Tal vez las líneas temporales les confundan un poco, pero en los capítulos de Momo seguimos viendo lo que ocurre después de la noche que se murió Mineta, que Mirio y Tamaki escaparon, que se encontraron con Camie y los demás, y todo eso (?) sí, una noche muy larga haha pero el resto de personajes van "mas avanzados" ya que ellos no tuvieron una noche tan agitada.

Yaoyorozu se preparó junto a Uraraka y Sir Tenya para la importante visita que debían hacer a primera hora de la mañana, dos días después de la fatídica noche donde descubrieron la verdad.

El efecto del whisky —y el posterior ron— estuvieron haciendo estragos en su cabeza y cuerpo durante todo el día anterior. Ella no acostumbraba a beber; porque vivía para servir a la guerra, y cualquier estúpido que se lanzase con un mínimo de alcohol a la batalla podía darse por muerto.

Le avergonzaba un poco el haber aceptado, pero aquella noche podría haber sido catalogada como la peor de toda su vida.

Parecía que lo ocurrido con Mineta hubiese sucedido en otra vida. Ni hablar del escape del Capitán Togata y el elfo, que Momo sentía como si no los viese a ninguno de los dos hacía siglos.

Para mayor de males, ella y Kyoka seguían sin hablarse. Cada una había pasado las noches en recintos separados de la mansión de los Iida, y a la hora de las comidas Kyoka siempre se iba primero; esa mañana se le notificó que su mejor amiga y mano derecha ya se había marchado para hacer vigilancia por el perímetro.

—Alguien debe cuidar la mansión cuando no estemos —dijo Sir Tenya—. Recuerda que mi madre y Su Alteza Camie siguen aquí.

Momo suspiró. La princesa Camie, ¿cómo podría olvidarla?

Si todo se había salido de control por culpa de su matrimonio concertado. No podía culparla a ella, porque en serio no era su culpa: la culpa era de dos tiranos que gobernaban en sus tierras y querían conquistar más a costa de la vida de sus ojos.