Capítulo 30

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Midoriya estaba acostumbrado a pensar y reaccionar rápido, pero el disco con cuchillas que Gran Torino arrojó hacia él llegó en el peor de los momentos

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Midoriya estaba acostumbrado a pensar y reaccionar rápido, pero el disco con cuchillas que Gran Torino arrojó hacia él llegó en el peor de los momentos.

Su mente había estado trabajando demasiado en las últimas horas; con la nariz aplastada contra los viejos libros llenos de polvo y la cabeza maquinando teorías que tuvieran coherencia.

Ni siquiera tenía las energías suficientes para decirle a su cuerpo que saltara hacia el costado si pretendía seguir viviendo.

—¡Midoriya!

La voz de Todoroki se sintió demasiado lejana mientras veía pasar su vida frente a sus ojos.

No creyó que Gran Torino quisiese matarlo de verdad, pero allí estaban. Y el anciano no parecía estar dispuesto a tolerar sus fracasos cuando se suponía que debían salvar al reino.

Piensa rápido, se dijo a sí mismo con desesperación.

Pero Todoroki fue mucho más rápido. Mientras el disco cortaba el aire de la biblioteca, Izuku le vio aproximarse hacia el libro abierto de par en par sobre la mesa y cerrarlo de un golpe. Alzó el pesado ejemplar delante de su rostro mientras usaba uno de sus hombros para empujarlo lejos del blanco del disco.

Izuku escuchó el clank metálico del disco enterrándose en el lomo del libro. La fuerza del impacto hizo trastabillar a Todoroki hasta que su espalda chocó contra uno de los estantes.

Al menos dos docenas de libros comenzaron a caer desde arriba. Algunos incluso golpearon en la cabeza a Shouto.

—¡Todoroki! —gritó Midoriya con horror—. ¡¿Estás bien?!

No pudo escuchar la respuesta de Shouto —semi enterrado entre una pila de gruesos libros— ya que la carcajada de Gran Torino lo opacó.

—¡Así es como se defiende a la gente! —El anciano hizo girar dos cuchillos arrojadizos en la palma de su mano—. Piensa rápido, Espada.

Midoriya solo tuvo tiempo de bajar la cabeza al adivinar la dirección de los dos cuchillos. Ambos apuntados a su pecho y su garganta, terminaron clavados en la pared mientras él rodaba por el suelo.

Escuchó el quejido de Shouto intentando ponerse de pie. Su cabeza todavía debía doler desde la pelea del día anterior con Gran Torino, así que el príncipe hacía lo que podía. Descubrió que llevaba el disco en una de sus manos y el libro —con un tajo enorme sobre la cubierta— contra el pecho.

Izuku se escondió detrás de una estantería para esquivar otro par de cuchillos que escuchó estrellarse contra más libros.

—¡Vamos, vamos! —Gran Torino no dejó de reír—. Esto es un juego de niños. No se confíen solo porque la profecía los ha traído hasta aquí; ¡demuestren que se han ganado su lugar!

Piensa, Izuku, maldita sea, ¡piensa!

Pero no podía poner a trabajar su mente debido al cansancio y la rapidez con la que Gran Torino le atacaba con cuchillos y demás armas. Podía deducir que Todoroki también consiguió esconderse, ya que de momento el único que recibía los ataques del anciano era Midoriya.

De héroes y leyendas [TodoDeku/KiriBaku] - BNHADonde viven las historias. Descúbrelo ahora