Dylan
No recuerdo cuánto tiempo llevo tumbado en el sofá, no recuerdo en qué momento llamé a Jude a mi casa y le dije que sirviera dos copas de whisky, y otras dos, y otras dos.
—Vamos, sirve otra — dije después de tirar por accidente mi copa y derramarla en la alfombra.
— Oye, oye, esta es la cuarta que tiras — se levantó para recoger el vaso que ya estaba roto de tantas caídas — ¿Puedes decirme qué pasa?
— Lo descubrió, Jude — respondí sin dejar de tomar — Ya sabe que me enamoré.
— Y eso es genial — Jude sonrió — ¿O no?
— No, no lo es — negué de inmediato — No tenía que suceder así.
— Entonces leyó los mensajes...
— No, no los leyó.
Volví a beber de mi whisky que poco a poco se fue terminando hasta convertirse en otro trago bien servido.
— No entiendo — Jude frunció el ceño — ¿Puedes dejar de tomar y explicarme?
— ¡Soy un maldito cobarde! — contesté en voz alta — Pude haberle dicho la verdad, pude haberle dicho que era ella, que me había enamorado de ella y que la necesitaba, pero no lo hice — me lamenté, para estar al borde del llanto, pero claro por las copas de más que tenía encima, lo estaba controlando muy bien.
— ¿Y por eso decidiste tomar alcohol cuando tú nunca lo haces? — levantó una ceja.
— Porque es una tontería, Jude — reí — Es muy joven, no entiende nada de esto y moralmente no puedo...
— ¿Puedes decirme de quién demonios hablamos? No puedo ayudarte si no me dices lo que...
— Lena MacRay — contesté por fin, creo fue el efecto del alcohol lo que me hizo olvidar que Jude no debería saberlo, o tal vez yo necesitaba decirlo de una vez.
Jude no dijo nada, se quedó con la boca abierta y totalmente sorprendido, tal vez no se esperaba aquella respuesta. Probablemente lo imaginó, como tantas veces lo dijo y tuvo razón, mi interés por Lena iba más allá de la curiosidad, pero no entiendo por qué se sorprende tanto.
— ¿No dirás nada?
El abrió y cerro la boca varias veces, pero sin ningún sonido, solo intentaba traer las palabras hacia él.
— Tenías razón — acepté dando el último trago a mi vaso — No debí interesarme por ella...
— A ver si entendí — dijo al fin — Estuviste queriendo ayudar a esa chica y te enamoraste de ella después de que... ¿la besaste? — volvió a su expresión de sorpresa — La besaste — recordó — ¡Dos veces!
— Y le di clases particulares todo este tiempo — murmuré.
— Dylan no te entiendo de verdad — negó y ahora fue él quien bebió todo el contenido de su vaso — ¿Por qué no me lo dijiste?
Elevé los hombros, creo que nunca me puse a pensar en eso, era mi mejor amigo y aunque si le dije que estaba enamorado nunca le dije de quién se trataba.
— Supongo que creí que te burlarías de mi — respondí. Y volví a servirme otro whisky — Ya sabes, tú siempre lo dijiste y creí que me lo echarías en cara.
— ¿Cómo pensaste eso? — frunció el ceño — Claro que te lo echaré en cara, pero no ahora — tomo mi hombro entre su mano — ¿Por qué no se lo dices?
— Estás loco, perdería mi empleo — bufé — Demasiados problemas tengo ya.
— ¿Te importa más un empleo con malas prestaciones que una chica? — comenzó a reír burlón — Bien este es el plan, vas a ir a su casa y le vas a decir que fuiste un imbécil, después le dirás la verdad y cuando ambos estén felices juntos yo voy a bailar alrededor tuyo mientras te digo "Te lo dije"
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Puedo reparar tu corazón
RomanceLena MacRay nunca imagino que su vida se tornaría oscura y fría en el momento en el que perdió a sus padres con tan solo 18 años. Una gran decepción y un gran golpe al corazón la hizo apagar todo rastro de sentimientos hacia las personas del mundo e...