Capítulo 4

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Capítulo 4:

Edu:

Llegamos a la piscina, estaba vacía casi por completo, a pesar del calor. Solo había un chaval moreno dentro de la piscina, y las chicas con las que estaba hablando. «Un momento, son ellas, las muchachas de la playa».

¡Está hablando con Ella! Ese tío está ligando con la chica bonita de los ojos negros. ¿Pero qué se cree? ¡Yo la vi primero! Lo peor no es eso... Lo peor es que Ella parece encantada...

- Bueno, ¿dónde nos ponemos? - Fran oteaba la piscina, mientras yo seguía en estado de shock apretando los puños.

- Donde quieras - traté de que mi voz no sonara en exceso alterada. Opté por calmarme, si esto iba a ser una competición por Ella, que gane el mejor pues.

- Está bien, ¿qué tal allí? Ya sabes, cerca de la rubita y su amiga... -

- No son amigas, Fran, ¿no te das cuenta de que se parecen demasiado?, yo diría que son hermanas o algo-

- Bueno vale, pero nos ponemos allí ¿no? -

- Si, si vamos - nos instalamos en una de las sombrillas próximas a ellas y unos minutos más tarde, el gallito moreno se retiró de la piscina.

La muchacha de los ojos negros se estaba echando unos largos mientras su amiga, hermana o lo que fuese tomaba el sol. 

Fran vio su oportunidad. Él y yo somos muy diferentes, no solo en nuestra forma de actuar, sino también en cuanto a lo que a físico se refiere.

Yo le saco una cabeza de altura, él tiene el pelo rubio mientras yo lo tengo castaño oscuro, mis ojos son ambarinos, o marrón miel y los suyos son de un azul tan claro, que parece plata. 

Físico a parte, él es un ligón guaperas de primera orden, y muy caballeroso, mientras yo me dedico a observar a las chicas a cierta distancia, hasta que cojo confianza y soy borde, chulo y un rompecorazones como me describió mi última ex.

Fran se acercó a la sombrilla de las chicas sigilosamente, móvil en mano. Llamo a su móvil (que estaba en silencio) desde el dispositivo de la chica "rubia", para que el número de la chica se quedara grabado en la memoria. Fran ya tenía el número de la "rubia".

Luego volvió a nuestra sombrilla, feliz como el solito. Y llamó a la muchacha. Ella extrañada, se quitó los auriculares que la conectaban a su mp4 y levantándose las gafas de sol de los ojos, cogió el móvil y descolgó.

- ¿Diga? -

- ¿Podrías girarte a la izquierda y dedicarme una sonrisa, guapa? - La verdad es que a mí nunca se me habría ocurrido algo como esto...

- ¿Qué?- ella se giró, y miró a Fran riéndose, que tío, en estas cosas es un máquina.

Colgaron ambos y se levantaron a saludarse. Me giré hacía la piscina para observar la reacción de la chica de los ojos negros. Estaba en el bordillo mirando la situación francamente divertida. Que guapa está cuando sonríe.

Victoria:

- Hola soy Fran, ¿qué tal? - me preguntó nada más darme dos besos. ¡Qué majo es este muchacho! A parte de guapo.

- Yo Victoria, encantada, muy bien gracias, oye ¿como has conseguido mi número? -

- Uno, que tiene sus truquillos - Dios ¡me ha guiñado el ojo! ¿Está ligando conmigo? Si es así le va a costar un poco más conquistarme...

- ¿Te lo ha dado mi prima verdad? -

- ¿Qué prima? - 

- Mi prima Sol, - le dije señalando a dónde se encontraba ella en el bordillo- seguro que ha sido ella ¿a qué sí? -

- ¡Eeeeeh! Dile que yo estoy libre de culpa, ¡qué ni siquiera te conozco! - gritó Sol desde el bordillo, bastante divertida por la escena.

- No, no la conozco es verdad - mmff creo que me voy a quedar sin saber como ha conseguido mi móvil...

Entonces advertí movimiento tras Fran, un chico moreno, más alto que él, se ha levantado de su toalla. Se acerca y me saluda.

- Hola, soy Edu, -me da dos besos- ya que este mi amigo -dijo dándole una palmada a Fran en la espalda- no me presenta, pues he dicho “tendré que acercarme yo”.

- Pues encantada – dije riendo mientras Sol salía de la piscina, supongo que para saludar también.

Tormentas de VeranoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora