Capítulo 28

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Capítulo 28:

Loreto:

Al día siguiente el ambiente seguía tenso. Las chicas habíamos pasado buena noche, la verdad, y habíamos conseguido olvidar casi por completo los incidentes que tan solo unas horas antes habíamos vivido. No obstante, cuando bajamos a la piscina, mirábamos a nuestro alrededor cautelosas, ninguna queríamos ver a Celia o Miguel, y menos que ninguna, Sol.

Se notaba, a pesar de su aparente recuperada alegría, que ella seguía tocada. Lo cierto, es que es normal, le han sido infiel en sus narices, aunque suene un poco bruto dicho así…

Habíamos recogido mi casa, y aunque insistí en que limpiaría yo, las chicas me ayudaron a ordenarlo todo. Después cada una de ellas se fue a su casa a ponerse el bikini y dejar la bolsa que habían traído para dormir en la mía. Finalmente llegamos a la piscina y nos pusimos a tomar el sol, como solemos hacer siempre.

Victoria también estaba mal, se había peleado con el idiota de Fran.

Para colmo de nuestras desgracias, la última a la que queríamos ver, Celia, apareció aparentemente a tomar el sol con nosotras, sin su inseparable Lara. Se nos acercó y aún dándose cuenta de que no era bien recibida, se atrevió a permanecer allí de pie, observándonos a las cuatro, no iba a irse hasta que dijera lo que tenía que decir, Celia Sierra siempre quedaba por encima como la espuma. Saludó, para hacer notoria su presencia.

- Hola – permanecimos calladas, sin siquiera mirarla - ¿Es que no me vais a hablar? ¿Ni a saludar siquiera?

- ¿Crees que lo mereces? – le espetó Sol, fría como el hielo.

Hubo una pausa de silencio, y me permití intervenir, para destensar el ambiente, estúpida de mi…

-A todo esto, ¿dónde está Lara?

-¿No lo sabéis? Lara se muda – nos quedamos atónitas, sobre todo Iris y yo, la rubia no pudo evitar sentirse culpable a pesar de que sabía que no tenía nada que ver – Suponía que no os lo habría dicho, porque no era del todo seguro, pero ya está haciendo las maletas, sus padres la llamaron esta mañana temprano para confirmárselo, ya tienen comprador, en cuanto vuelvan esta noche del viaje, terminaran de recoger y se irán.

- No puede ser – dije incrédula, nuestros padres están juntos, lo sabían y no me lo han dicho, nos conocemos de siempre, somos como hermanas, se que me va a costar y a doler mucho que se vaya, aunque no estemos tan unidas como antaño, como antes de que Celia y Sol llegasen a nuestras vidas…

En la mirada de Iris leí perfectamente la ansiedad de quien tiene algo pendiente, algo por hacer. Se que Lara le dijo que debían hablar.

- Pues lo es, que extraño que no lo supieras tú, Loreto, creía que serías la única que tendría una idea, después de todo parece que Lara y tú no estáis tan unidas – se que quiere hacerme daño, y lo consigue, debe de notárseme porque Iris acude en mi rescate.

- ¿No has hecho ya bastante daño? ¿Es que no te cansas de joder a la gente que te rodea? – Es una de las pocas veces que le he escuchado un taco a Iris, está realmente enojada – No queremos volver a verte y creo que puedo hablar por todas, ni se te ocurra volver a acercarte a nosotras, y nos da igual que te sientas o te quedes sola, porque ¿sabes qué?...

Tormentas de VeranoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora