Capítulo 21:
Fran:
Cuando Felipe y yo irrumpimos en el portal de Edu, Sol, Miguel y el mío propio, fuimos a dar con una escena caótica. El tiempo parecía haberse detenido en la imagen de Celia y Miguel besándose. Victoria ocultaba su expresión de asombro tras la mano que tenía sobre sus labios cuando se giró a mirarme. Qué guapa está, sé que no es lo más correcto que puedo pensar en estos momentos, pero es que no puedo evitarlo.
Celia y Miguel se habían besado, y Sol había estado ahí, en primera fila, viendo como su amor besaba a otra. ¡Y es su novio! Se supone que está saliendo con ella porque la quiere, pero le hace esto… además con Celia, que es su vecina y “amiga” de toda la vida. Lo peor es que seguramente Sol estuviese ahí para salir a cenar con Miguel.
Sol estaba pálida, muy pálida, blanca como el papel ante aquella escena. Yo sabía que Edu ya esperaba esto, pero no de Celia, por supuesto. Me atrevería a decir que ahora mismo se está conteniendo para no descargar toda la rabia que ha acumulado estas semanas atrás sobre Miguel. Felipe está totalmente anonadado, y yo, más de lo mismo.
Edu miraba al suelo, apretando los puños, cuando dijo lo siguiente:
- Eres un cerdo Miguel García, - hablaba saboreando las palabras que ya hacía tiempo que deseaba decirle- y te juro que vas a pagar todas y cada una de las lágrimas que ha derramado por ti ese tesoro que tenías por novia.
Seguidamente Celia se apartó asustada, desde luego que no había previsto esto, se le estaba yendo de las manos, y le echaba la culpa a Lara, pues me percaté de que le lanzaba miradas cargadas de odio y desdén. Lara seguía enormemente angustiada, lo cierto es que no había reparado en su presencia hasta ahora, y de no ser por ella ni Felipe, ni Edu, ni yo estaríamos aquí, la verdad…
La cara de Sol tras las palabras de Edu tampoco tenía precio. Había sido una declaración de amor bastante extraña y en unas circunstancias de lo menos normales, pero había sido una declaración real y sincera. Como es de suponer, Sol sí que estaba llorando, pero además estaba paralizada, solo paseaba su mirada oscura, y ahora vacía por el rellano, desde la altura que le proporcionaba estar en la escalera.
Mientras, Edu se había acercado a Miguel. De repente el tiempo volvió a correr a su ritmo habitual y todos reaccionamos como movidos por el efecto dominó.
- Eh, ¡eh!, Edu tío, para – dijo Felipe
- No, Edu, no merece la pena por favor – suplicó Lara también
-Edu... Edu, ¿qué haces? – Miguel se percató del peligro que corría su integridad física. Celia permaneció en silencio, como en un segundo plano.
- Eduardo Castillo, escúchame, no eres así – Intenté asirle por brazo, sin éxito, porque logro zafarse con increíble facilidad.
- Edu, haz caso a Fran – me apoyó Victoria.
Ya estaba frente a frente con Miguel, le agarró del polo con una mano y alzó el puño libre por encima de su cabeza.
ESTÁS LEYENDO
Tormentas de Verano
Teen FictionHa llegado el verano, y con él todos los amores de años pasados. También hay cosas nuevas y cambios, muchos cambios. Descubrimientos inesperados, mentiras, errores, amores que matan, sol y playa, todo ello mezclado en una tormenta veraniega que te m...