Capítulo 20

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Capítulo 20:

Sol:

Mi padre ha salido a hacer unas cosas mientras Victoria y yo nos arreglamos, para supuestamente ir juntas a cenar. ¡Lo qué nos ha costado convencerle de que era cierto! En fin, se que sabe lo de Miguel, pero no a ciencia cierta así que aún le voy a dejar con la duda… por si al final no nos sale bien, aunque se que Migue es el amor de mi vida.

La verdad, es que Victoria se está arreglando para ver a Fran, como no. Está tan ciega de amor que no se da cuenta de que va tarareando por ahí todas las baladas románticas que se le pasan por la cabeza, se me hace grande…

Ha elegido para esta noche unos shorts en rosa pastel que, estando tan morena como está, le sientan genial. Por arriba lleva una blusa blanca plisada de tirantes, todo combinado con su largo pelo castaño claro y suelto, solo recogido tras la oreja con un clip en forma de hibisco blanco. Y por supuesto, sus sandalias blancas con detalles de pedrería.

Yo por mi parte, para salir con Miguel, me he puesto también shorts, blancos de fondo, pero con un estampado floral en varios colores y un jersey finito calado beige. Para completar le he puesto un colgante de cuero largo, con un medallón dorado al final y unas sandalias marrones.

Antes de salir de casa, Victoria se preparó y engulló un sándwich improvisado, para no quedarse sin cena. Ella preferiría no haber cenado, por supuesto, pero así yo tenía menos remordimientos por dejarla sola y al final me hizo caso.

- Quieres cebarme…- me dijo aun con la boca medio llena

- Ay, que no es eso Vic, suficiente es que te deje sola aquí, como para que encima te mueras de hambre por mi culpa…

- Que conste que lo hago por ti eh, malvada

- Lo que tú quieras, guapa – Le dije con una amplísima sonrisa.

Salimos, con mucho tiempo de sobra de casa, para dar un paseo por la urbanización antes de que yo me fuera sola a cenar con Miguel. De esta forma podía asegurarme de dejar a mi prima en compañía de alguien. Lo que no me podía imaginar era lo que iba a pasarnos en el rellano, sin siquiera salir del portal, sin siquiera bajar los cinco primeros escalones…

Felipe:

Después de cenar, vinieron a por mí Fran y Edu. Son los que viven más cerca de mi casa, y como a Loreto le quedaba aún un rato, decidimos salir antes y esperar a las chicas fuera.

Salíamos del bloque cuando la puerta se abrió con estrépito« ¿Lara? ¿Qué le pasa? Está atacada de los nervios… Ella no es así, qué raro…». Tiene el pelo en la cara pegado del sudor, y se ve que ha estado corriendo, porque viene roja.

- ¿Lara? ¿Pasa algo? – pregunta Fran, mientras ella recupera el aliento.

- Edu, Edu, ven, Sol, Celia, problemas – estábamos todos perplejos ante este repentino chorreo de palabras sin sentido. Pero para Edu que dijera “Sol” en la misma frase que “problemas” fue suficiente.

- ¿Qué pasa con Sol? – Ahí estaba su reacción, totalmente automática, como un resorte. Se ha quedado pálido además.

- Te lo cuento por el camino, corre, ¡qué corras! – salen los dos corriendo, escuchamos la voz de Lara atenuarse a medida que se aleja, contándole a Edu lo que quiera que está pasando.

El verdadero susto nos lo llevamos cuando escuchamos a Edu gritar un horrible «¿¡QUÉ?!». Fran y yo nos miramos, nos habíamos quedado de piedra, mas el grito nos hizo reaccionar. Acto seguido salimos disparados también tras ellos. Pero jamás nos habríamos imaginado la escena que allí encontramos.

Lara se había quedado blanca como la cal, de rabia e impotencia, Sol lloraba, Victoria estaba atónita a su lado, Edu se estaba poniendo morado de ira por momentos y Miguel…Miguel estaba descompuesto. La única que reía, era Celia. 

Tormentas de VeranoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora